Honda nunca ha olvidado sus primeros París-Dakar. Allá por el 1988, Cyril Neveu consiguió la primera victoria de la casa con la NXR750V, el prototipo de lo que sería la África Twin. Repitió victoria tres años consecutivos, y luego Honda no vuelve a ganar hasta el 2020. La imagen de aquellos armarios con tacos saltando por el desierto caló en los aficionados, llenando el catálogo de trails de aspecto imponente. La primera África Twin XRV650 arrasó en tiendas el mismo año y en 1990 evoluciona a 750 cc hasta que desaparece en 2002, cuando el mercado motero está para otras cosas, dejando una máquina muy buscada por coleccionistas.

Aunque BMW nunca había dejado de recargar su gama GS, últimamente han vuelto con fuerza las maxi trail. A lo mejor porque el hasta ahora usuario de deportivas RR ya tiene una edad y un volumen que le molesta al tumbarse sobre el depósito, y la pareja tampoco está para ir sentada de cualquier manera, cuando las maxi trail son tan cómodas para viajar y llevan esas maletas ideales hasta para ir al súper.

En 2014 reaparece la África Twin, renovándose cada temporada, pero ahora tenemos una novedad diferencial: Honda presenta, en opción, el nuevo sistema de doble embrague DCT. ¿Perdona…? ¿Una moto de campo automática? ¿Estamos locos o qué…? Pues sí, Hay que probarla para creerlo. Es el mismo sistema DCT que monta Honda en la Goldwing o en otros modelos y que tanto éxito tiene entre mototraileros de marchas de toda la vida.

Con las maxi trail pasa un poco como con los coches todoterreno, que mola mucho el espíritu de aventura y al final solo se emplean para ir a por los niños al cole. Pero la África Twin viene de las carreras y quiere guerra, más que sus colegas alemanas o inglesas, que acaban como viajeras de asfalto. Ahí delante encontramos esa llanta de 21” que quiere comerse todos los marrones posibles.

A lo que íbamos. La moto tiene una pintaza, pero ¿realmente funciona el DCT? Me lo pregunté al ir a meter marcha y confirmar que no tenía maneta de embrague, y la moto ya sabía cómo hacerlo sola. Me lo volví a preguntar, un poco más preocupado, al llegar lanzadito a la primera rotonda… y efectivamente, ahí estaba el doble embrague para negociar la curva, al reducir el gas. Reduce para luego ir subiendo marchas así como le pides velocidad. Para desconfiados está el modo manual, donde gestionas el cambio con las levas en el puño izquierdo, una tranquilidad. Pero te metes en curvas y al final compruebas que la África gestiona el cambio mucho mejor que tú y te dejas querer. Es fácil acostumbrarse a la buena vida. ¿Quieres adelantar, necesitas un apretón de velocidad? Dale con decisión al puño y te saldrán de golpe los 101,9 CV que lleva ese motor de 1084 cc, sin problema. Para los más tecnos, la pantalla TFT de 6,5” conecta con lo más profundo de tu móvil, al incorporar Apple Car Play y Android Auto, mientras juegas con los seis modos de conducción, incluyendo, cómo no, el off-road.

En fin, la África Twin recupera todo el look de rally, con formas más afiladas que su antecesora, y con todo el estilo que respira la competición. ¿Con cambio automático? Va, pruébala y me lo comentas.

Para detalles técnicos, más serios, en la web: www.honda.es/motorcycles

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Honda África Twin DCT Rafa Vaquer

Hay que aprovechar para el último tardeo del veranillo

Ahora que le habíamos pillado el punto a las salidas de tarde, se acaba el tórrido verano y ya podemos sacar la moto de día. Venga, vamos a por la última, que una puesta de sol en la torre del Verger, o en cualquier otro punto de la costa norte, vale la pena, si no está nublado.

La ruta no tiene mucho secreto, pero sí bastantes curvillas por carreteras encantadoras, entre pinares de monte, paredes secas y ciclistas, que también aprovechan los últimos días largos. Cuidado, que el sol se pone ya a las 19:40, hay que salir con tiempo.

Si empezamos como habitualmente en Son Moix y para no ir directos a Andratx, mejor agarramos por el Coll de sa Creu, bajamos hacia Calvià y de allá iniciamos esa encantadora carretera que cruza el Coll de n’Esteve y te deja justo en Andratx.

A esas horas las luces doradas del atardecer se filtran entre los árboles creando un ambiente como de película de Tolkien. Para los más emprendedores recomiendo el trazado viejo de la carretera, el Camí de sa Guixeria, no incluido en el QR, un bonito atajo que no pasa de 900 metros y se inicia en la curva del kilómetro 3,2.

Pasado el Coll de sa Gramola, empezamos a flipar con las vistas de la costa, atravesamos Estellencs y paramos en la Torre des Verger. Un lugar mágico, que ya explotaba como postal el Arxiduc y también conocido con el evocador nombre de Torre de ses Ànimes. Si llevamos unos ginger-ale de esos que toman los actores para simular champán, para brindar y no dar positivo, tenemos el tardeo completo.

De regreso, aún con luces crepusculares, cruzamos Banyalbufar, subimos a Esporles y ya estamos de nuevo en el campo del Mallorca, para acabar de cenita por ahí.

Recomendamos la salida en grupo de amigos de cinco o seis motos máximo, para no agobiar. Como siempre, respeto con los ciclistas, recuerda que muchos de ellos también somos moteros.

La ruta empieza y acaba en Son Moix. https://bit.ly/3LHcJnE

La Torre del Verger Rafa Vaquer