La selección española se clasificó para los octavos de final del Mundial de Rusia como primera de grupo, tras empatar a dos con Marruecos en Ekaterimburgo y Portugal igualar a uno con Irán en Saransk.

En una noche tremenda, la resolución del grupo B llegó al final, con gol concedido a Iago Aspas y, también en la prolongación, con un penalti de los iraníes también concedido con el VAR que transformó Karim Ansarifard. España se enfrentará a Rusia el próximo domingo en el estadio Luzhniki de Moscú a las 16 horas. Portugal se medirá a Uruguay el sábado en Sochi a las 20 horas.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif]

No hay coartada ni para su partido; ni para el primer cuarto de hora, una sucesión de pases sin riesgo ni destino, como si cualquier jugada ofensiva fuera una mera cuestión de tiempo o inercia, como si no requiriera un pase, un desmarque, una carrera o un remate; ni para sus mínimas ocasiones; ni para sus lagunas atrás; ni para su cuarto gol en contra en el campeonato, que fue un despropósito.

Era el minuto 14 cuando, alrededor de la línea de medio campo, Sergio Ramos sacó una falta en corto a Andrés Iniesta, este se la devolvió, el defensa creyó que más que un pase era una conducción del centrocampista y por ahí el más listo fue Boutaieb, que agarró el regalo, corrió a toda velocidad y superó por bajo a David de Gea, que se mostró de nuevo insegyuro bajo palos [valora aquí a los jugadores de España].

Pincha en los círculos azules para repasar los goles:

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif]

No es una casualidad ya tanta adversidad. Le pasó con Portugal, con un penalti nada más comenzar el choque, con un error del portero en el segundo tanto luso y con una falta innecesaria en el tercero; lo rozó contra Irán, justo cuando ya ganaba 0-1, y le ocurrió de nuevo este lunes ante Marruecos, que encontró un gol que no intuía.

España mantiene dificultades defensivas. Ya no son dudas. Es un problema con el que ya convive, aunque su reacción este lunes fue también inmediata; mucho más concluyente en el marcador o en las individualidades de Iniesta o Isco, conectados por dos veces en el 1-1 culminado por el madridista, que colectivamente en su fútbol.

La selección española resurgió entonces, sobre todo, por Iniesta. Desde sus conducciones verticales, el liderazgo que se propuso con el balón, la responsabilidad que asumió y sus irrupciones entre las incontables vías que ofreció un oponente descubierto a ratos en su endeble zaga, España respondió a un momento más que inquietante.

También por una intervención indispensable de De Gea. Su primera parada en el Mundial, ya por el tercer encuentro, fue transcendente, por el resultado, por el momento, el minuto 25, apenas cinco después del empate de España, y por lo que habría supuesto otro golpe. El segundo duelo con Boutaieb lo ganó el portero con aguante y astucia.

Una parada clave, como también lo fue después, ya cerca de la hora de juego, la cruceta para repeler el trallazo de Nourredine Amrabat, para sostener a España, que tenía la posesión como siempre, pero sin la profundidad ni el desborde de antes, dos cualidades que transforman el poder del balón en un arma incontestable.

[if IE 9]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 8]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif][if IE 7]><link rel='stylesheet' type='text/css' href='https://secure.widget.cloud.opta.net/v3/css/v3.football.opta-widgets.css' media='screen'/><![endif]

No las encuentra hasta ahora en este Mundial. Ni siquiera está aparentemente cerca. Tampoco contra Marruecos, que sin ser ni hacer nada del otro mundo la desdibujó casi siempre, encomendada a una jugada puntual para ganar el partido, como el cabezazo de Isco que sacó bajo palos Da Costa o el testarazo de Piqué que rondó el gol, mientras rebuscaba a Diego Costa y Silva, imprecisos e inadvertidos.

Ya por encima de la hora de partido, Marruecos había dispuesto al menos de las mismas ocasiones claras, sino más, que España, que ni siquiera tuvo un arrebato final ofensivo. Ni asedió ni se acercó ya a la victoria. De hecho recibió el 1-2 de En Nesiry, que no extrañó a nadie. Empató luego por medio de Iago Aspas, allá por el minuto 91, con el uso del VAR, y se encontró de pronto el primer puesto.

España: De Gea; Carvajal, Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba; Sergio Busquets, Thiago (Asensio, m. 74); Silva (Rodrigo, m. 84), Iniesta, Isco; y Diego Costa (Iago Aspas, m. 74).

Marruecos: Munir; Dirar, Saiss, Da Costa, Achraf; Al Ahmadi, Boussoufa; Ziyach (Bouhaddouz, m. 85), Belhanda, Nourredine Amrabat; y Boutaïeb (En Nesriy, m. 70).

Goles: 0-1, m.14: Boutaieb bate por raso a De Gea tras un error de entendimiento de Sergio Ramos con Iniesta en el medio campo. 1-1, m.19: Isco culmina una jugada individual de Iniesta. 1-2, m.81: En Nesiry, de cabeza, tras un saque de esquina. 2-2, m.91: Iago Aspas, de espuela, dentro del área.

Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán). Amonestó a los marroquíes El Ahmadi (m. 22), Amrabat (m. 29), Da Costa (m. 30) y Boussoufa (m. 30).

Incidencias: partido correspondiente a la tercera jornada del grupo B del Mundial de Rusia 2018 disputado en el estadio de Kaliningrado ante unos 33.973 espectadores.