"El ciudadano mallorquín Magencio Palomares acudió a la Policía a denunciar que su casa había sido ocupada y que no podía entrar en ella. El agente que le atendió le saludó "hombre, precisamente a usted le estábamos buscando", mientras le ponía las esposas. Resulta que el okupa había decidido denunciar al propietario de la vivienda por tenerla en mal estado".