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Diario de Mallorca
Ver galería >La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
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La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
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La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
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Enrique Calvo
La subida al trono de Felipe de Borbón no ha roto el vínculo histórico de la Familia Real con Mallorca, isla que don Juan Carlos y doña Sofía convirtieron en su residencia oficial de verano cuando todavía eran príncipes. Todo lo contrario, pese al escándalo Urdangarín y la imputación, juicio y absolución de la propia infanta Cristina en el Caso Nóos, don Felipe y doña Letizia han seguido cumpliendo con la tradición de pasar el verano en la isla, convirtiendo Marivent en residencia de verano y despacho oficial. Los Reyes se han esforzado especialmente por abrirse a la sociedad local, con gestos como la celebración de las recepciones en La Almudaina mucho más abiertas a todos los colectivos de la sociedad; estuvieron en primera línea con los familiares de las víctimas de las inundaciones de Sant Llorenç, se mostraron también sensibles a acontecimientos culturales y sociales de Mallorca y aprovecharon el verano para mostrarse en compañía de con sus hijas, las infantas Leonor y Sofía. Un acontecimiento dio la vuelta al mundo y puso en evidencia las desevenencias entre la reina Letizia y doña Sofía, el desencuentro que tuvieron en la misa del Domingo de Pascua de 2018, cuando doña Letizia impidió airadamente que doña Sofía se pudiera fotografiar con sus hijas.
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