Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
Efe
Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
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Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
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Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
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Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
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Ninguna sorpresa en el Camp Nou. Desgraciadamente para el Mallorca, que ha cumplido a la perfección con su papel de comparsa en un partido invisible durante toda la semana para la prensa barcelonesa. El conjunto de Valverde, sin despeinarse, ha pasado, como se esperaba, por encima de un Mallorca de medio pelo, pese a jugar con su once de gala (5-2). Si no ha sido capaz de sacar un mísero punto en sus desplazamientos anteriores, era de ilusos pensar que lo haría en la casa del mejor local del campeonato y vigente campeón.Y si encima este cuenta con un guardameta de excepción como Ter Stegen -ayer un espectador más- y el mejor jugador de la historia, las esperanzas eran mínimas, por no decir nulas.
Un juguete en manos de Messi
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Un juguete en manos de Messi
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