El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.
Sencelles ruge con el Embala’t
P. Córcoles
El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.
Sencelles ruge con el Embala’t
P. Córcoles
El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.
Sencelles ruge con el Embala’t
P. Córcoles
El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.
Sencelles ruge con el Embala’t
P. Córcoles
El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.
El Embala’t de Sencelles congregó ayer a más de 600 jóvenes dispuestos a dirimir sus diferencias en una guerra de paja. Las celebraciones de la jornada empezaron a las doce del mediodía con la llegada a la plaza Nova de la comitiva de organizadores precedida por los sones de un grupo de xeremiers y tambores.