Con las calles vacías, la vida está ahora en los balcones. La primera semana de encierro empezó con las peluquerías abiertas y terminó sin un alma en el paseo Marítimo de Palma, un domingo soleado. Militares patrullando, colas en supermercados -guardando las distancias-, desinfecciones, el aeropuerto desangelado y mascarillas por doquier configuran ahora el nuevo paisaje urbano.
Las imágenes de una semana de confinamiento en Mallorca
B. Ramon, G. Bosch y M. Mielniezuk
Con las calles vacías, la vida está ahora en los balcones. La primera semana de encierro empezó con las peluquerías abiertas y terminó sin un alma en el paseo Marítimo de Palma, un domingo soleado. Militares patrullando, colas en supermercados -guardando las distancias-, desinfecciones, el aeropuerto desangelado y mascarillas por doquier configuran ahora el nuevo paisaje urbano.
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