Los primeros 60 minutos después de sufrir un accidente de tráfico son especialmente importantes para aquellas personas que han resultado heridas. Y es que entre el 30% y el 50% de las muertes que tienen lugar en la carretera, se producen en los cinco minutos posteriores al accidente, mientras que el 75% se producen durante la primera hora, normalmente a causa de hemorragias y problemas respiratorios por obstrucción de las vías.

Por ello, los expertos sostienen que la intervención de las asistencias médicas debe producirse entre los 10 o 15 minutos posteriores al accidente, para aumentar las posibilidades de supervivencia de las víctimas. No obstante, mientras esperas la llegada de los profesionales médicos, ¿qué debes hacer si eres la primera y única persona que puede atender a las víctimas?

En primer lugar, debes comprobar las funciones vitales de las víctimas. Para ello, debes observar si respiran, hablarles para comprobar su nivel de consciencia y respuesta, y examinar si presentan heridas, hemorragias o lesiones graves.

Si la persona herida está inconsciente y no respira con normalidad, debes tumbarla en el suelo sobre su espalda. Acto seguido, debes realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP). Para ello, debes colocar el talón de una mano sobre el centro del pecho de la víctima, colocar la otra mano sobre la primera y comprimir el pecho del herido 5 centímetros con los brazos estirados. Debes realizar 30 compresiones a un ritmo de 100 por minuto. A continuación, inclina ligeramente hacia atrás la cabeza de la víctima, eleva su barbilla y practícale dos respiraciones boca a boca, tapándole la nariz con dos dedos. Es fundamental ir alternando ambas prácticas sin interrupción hasta que lleguen los servicios médicos.

Si la persona herida está inconsciente pero respira con normalidad, debes colocarla sobre el suelo y en posición de recuperación. Comprueba repetidamente si sigue respirando. En caso de que su respiración cese o se vuelva irregular, es importante volver a colocar a la persona sobre su espalda y acto seguido, realizar la maniobra RCP.

Si la víctima tiene una herida grave que sangra mucho, es importante tumbarla sobre su espalda en el suelo. A continuación, debes elevar y mantener en alto la pierna o el brazo que esté sangrando y, si es posible, apretar la arteria que lleva sangre a la herida. Es importante emplear guantes protectores en la medida que sea posible. Si la herida sangra mucho, lo ideal es aplicar un vendaje compresivo sobre la herida, pero si no es posible, puedes intentar detener la hemorragia presionando con un pañuelo directamente sobre la herida.

Por otro lado, debes tener en cuenta los siguientes aspectos:

Si absolutamente todos los conductores tuviéramos conocimientos de técnicas de primeros auxilios básicas, podríamos evitar muchas muertes en las carreteras antes de la llegada de los servicios médicos.