El 90% de la información que recibes al conducir te llega a través de la vista, por lo que una buena visibilidad es fundamental para aumentar la seguridad en la carretera. Los continuos cambios de las condiciones del tráfico hacen que tengas que ajustar constantemente tu foco de visión para comprender mejor lo que sucede a tu alrededor y tomar las mejores decisiones al volante. Por ello, a continuación te damos once consejos básicos sobre la mirada a la hora de conducir que te ayudarán a evitar accidentes y reducir sus consecuencias.

1. Levantar la barbilla y mirar a lo lejos

Mirar al frente y a lo lejos (no a lo que sucede justo por delante del capó) ayuda a mantener la trayectoria sin necesidad de hacer constantes correcciones en el volante. Asimismo, te permite anticiparte a todo lo que pueda suceder por delante de tu vehículo, haciendo que tengas un valioso tiempo de reacción para evitar un accidente. Por ejemplo, si sólo miras lo que sucede a pocos metros delante de tu vehículo, no te darás cuenta a tiempo del típico frenazo que provoca una retención, puesto que cuando lo veas ya lo tendrás encima y no contarás con el tiempo suficiente para frenar y evitar la colisión.

La habilidad de mirar bien al frente hay que entrenarla, puesto que además requiere de otras estrategias de exploración visual complementarias, como los barridos.

2. Los barridos visuales

Si únicamente mirases a lo lejos, no obtendrías información de lo que sucede a la izquierda y a la derecha del vehículo ni de lo que pasa entre el capó de tu coche y el punto hacia el que apuntas la mirada. Por ello, es fundamental que realices barridos de mirada transversales (de lado a lado) y longitudinales (desde cerca hacia más lejos).

Debes tener en cuenta que en ciudad circulas a menor velocidad, por lo que los barridos longitudinales se acortarán y reducirán, ya que no necesitarás mirar tan lejos. Asimismo, al circular en un entorno con muchas entradas a la vía desde los lados, principalmente de peatones y vehículos, tendrás que hacer más barridos transversales a ambos lados.

Por otro lado, en autopistas y autovías debes mirar a lo lejos y realizar continuos barridos longitudinales hacia el capó de tu coche. Los barridos transversales serán menos frecuentes.

3. La visión periférica

La visión periférica es la capacidad de captar y reconocer lo que sucede alrededor del objeto o punto concreto sobre el que has fijado la visión, es decir, lo que eres capaz de ver "por el rabillo del ojo". Cabe destacar que tu campo de visión normal es de unos 120º y la visión periférica te permite tener un campo de hasta 180º.

Esta visión te permite percibir que algo sucede fuera de tu visión directa. A partir de ese momento, se suele tardar 0,5 segundos en girar la cabeza y enfocar la situación para poder evaluarla y tomar una decisión. Debes tener en cuenta que los montantes A, B y C del vehículo pueden entorpecer tu visión periférica y que a mayor velocidad, menor visión periférica tendrás.

4. Fijación del objetivo

Una de las primeras cosas que se enseña en los cursos de conducción es el fenómeno de la "fijación del objetivo". Se trata de la tendencia que existe de dirigir instintivamente el vehículo hacia el lugar al que diriges la mirada en momentos de tensión. Debes tener en cuenta que en una situación de peligro, ese lugar suele ser el más peligroso, por lo que al volante debes tener la mente fría para dirigir la vista y el vehículo hacia los puntos de escape de una situación de peligro.

5. Evaluar todo lo que te rodea

Conducir de forma segura implica ir mirando y evaluando constantemente todo lo que te rodea para detectar posibles amenazas y estar prevenido frente a ellas. También es importante evaluar el entorno (el asfalto, los cruces, las salidas de caminos, las zonas con mucha afluencia de personas, etc.) sin distraerte con cosas que desvíen tu atención de la carretera.

6. Saber lo que han visto los demás

Hay momentos en los que no sabrás si otro conductor te ha visto y va a tener en cuenta tu presencia en la vía antes de realizar una maniobra que podría acabar en una colisión. Para asegurarte de que te han visto, puedes mirar a sus espejos retrovisores buscando el contacto visual. Así, ese rápido cruce de miradas te confirmará que te ha visto, y a él le informará de que sabes que te ha visto.

7. Ver a través de otros coches

Debes saber mirar a través de los cristales de los vehículos que te preceden, ya que esta acción te permitirá anticipar acontecimientos como, por ejemplo, ver las luces de frenado del coche que va dos por delante de ti.

8. Los ángulos muertos

Hay ciertos objetos y situaciones que aunque quieras verlas se escapan a tu ángulo de visión por distintos motivos. El más común es el denominado "ángulo muerto" de los retrovisores, que es la zona que no puedes ver por el propio diseño del coche. Las motocicletas suelen introducirse en dichos ángulos muertos, sobre todo cuando circulan entre hileras de vehículos. Por ello, la mayoría de vehículos modernos ofrecen un sistema que alerta de la presencia de objetos en ese ángulo muerto, a través de alertas visuales y sonoras.

9. El efecto túnel

El efecto túnel Si circulas a grandes velocidades tu cerebro recibe más información por segundo, de modo que para poder procesarla tu mente limita esa información, descartando la menos importante por estar más lejos del foco de atención y más a los extremos de tu campo visual.

Para que lo entiendas mejor, si en parado tu campo de visión es de 120º, en movimiento tu campo de visión cinético va reduciéndose. Por ejemplo, a 65 km/h se reduce hasta los 70º, a 100 km/h baja hasta los 42º y a partir de los 130 km/h comienza a aparecer el efecto túnel, ya que tu campo de visión se reduce a 30º dándote la sensación de que a los lados solo hay paredes negras.

10. Los deslumbramientos

Un deslumbramientopuede cegarte momentáneamente, por lo que ya sea provocado por el sol o por las luces de otro coche, los deslumbramientos suponen un peligro para la seguridad vial. Lo primero que debes hacer en esas situaciones es no mirar directamente a la fuente de luz, y dirigir la vista hacia una referencia que te permita seguir circulando sin salirte del carril. Es recomendable bajar la vista hacia la derecha y buscar la línea de la carretera o el borde del arcén.

11. El mantenimiento de los cristales del coche

Una buena visibilidad es posible siempre que lleves el parabrisas en perfecto estado. Es importante que el cristal esté limpio y no tenga impactos, ya que la suciedad y los desperfectos provocan peligrosos reflejos. Es recomendable revisar de forma periódica las lunas del coche, no solo por la visibilidad, sino también porque el parabrisas aporta resistencia estructural al vehículo y es el apoyo sobre el que se despliega el airbag del copiloto en caso de impacto.