La mujer y el volante han sido, erróneamente, motivo discutido de debate y muchas veces de mofa. No obstante, la pericia de muchas féminas supera en años luz a la de muchos varones que parecen llevar chancletas en lugar de zapatos y tener zarpas en lugar de manos. En Neomotor llevamos tiempo reivindicando la igualdad al volante, y no hay mejor manera de demostrarlo que poniéndonos tras los mandos de un vehículo en una de las pruebas internacionales más importantes de la competición clásica: el Rallye des Princesses.

La 21ª edición de esta prueba reservada a féminas arranca hoy con 164 mujeres inscritas y 82 vehículos clásicas que se dejarán ver por la costa de Normandía. Asistimos a uno de los encuentros más reconocidos por su sofisticación y clase. La Place Vendôme, en París, volverá a ser testigo de la salida de un encuentro único entre la historia y mujeres apasionadas del motor.

Debut apasionante

Recién estrenada en el equipo de Neomotor, con las maletas hechas y un nudo de nervios en el estómago pongo rumbo a la carrera. Son ya más de dos décadas de belleza, tramos de regularidad y lujo a partes iguales. Este rallye histórico va más allá del motor, es la demostración palpable y exitosa del vínculo entre mujer, competición y lifestyle. Esta prueba es única y exótica por su sofisticación, una muestra entre tantas de que las féminas entendemos las aventuras desde prismas tan distantes como apasionantes.

La participación en el Rallye des PrincessesRallye des Princesses está limitada a una cuenta corriente notable pero, por fortuna, podremos vivir esta experiencia de la mano de Seat Coches Históricos. No solo eso, lo haremos como pilotos y compartiendo “voiture” (coche en francés) con la periodista gala y del gremio Clémence de Bernis. Fromaremos parte del extenso grupo de 164 mujeres y 82 clásicos que no se conforman con sentarse al lado derecho, también quieren correr y ser las protagonistas al 100%.

El corazón de la capital francesa, la icónica Place Vendôme, acogerá la zona de verificaciones administrativas y técnicas, para dar paso a 6 días para grabar en la retina. El Rally des Princesses es lineal y abierto, algo realmente complicado de ver hoy en día y que apenas consiguen algunas pruebas clásicas por su espíritu y tradición.

Un Seat de ensueño

Al volante de un Seat 1200 Sport Bocanegra de 1976, con su reconocible carrocería verde y morro negro, tomaremos el primer tramo hasta Le Touquet. Allí nos alojaremos en los mejores hoteles de esta bellísima ciudad costera para seguir nuestro camino hasta Deauville. Las playas de Normandía nos acompañarán durante los tramos pero también en los enlaces, más dados al disfrute del paisaje sin el estrés y tensión que supone tener las luces azules, rojas y verdes del Blunik anotando tu regularidad.

Al día siguiente tomaremos rumbo a Dinard vestidas con inspiración marineras, porque también tiene esta parte lúdica, estilosa y sentimental. Los últimos dos tramos se completan en La Baule para completar los últimos kilómetros del rallye con un recorrido circular el 19 de mayo, en la 5ª y última etapa. Un recorrido que no solo promete geográficamente, tampoco puedo esperar ni un minuto más para ver las piezas que nos acompañarán, entre las que se encuentra el Seat 124 Sport Coupé de las compañeras Renata Zanchi e Ingrid Peeters.

Estilo y pasión

El Rallye des Princesses suma edición tras edición a más intrépidas mujeres ansiosas de unir dos de sus aficiones: la elegancia y la deportividad. Este es el lugar adecuado para esas féminas de clase alta que desean salir de sus rutinas sin llegar al barro de un Costa Brava de antaño. La respuesta a un programa trabajado de manera exquisita es la participación masiva, y no solo como copilotos.

Si algo diferencia este Rallye des Princesses es que las mujeres no están únicamente en el asiento del copiloto, los equipos son 100% femeninos. Viviane Zaniroli es la ideóloga de este encuentro exclusivo, de la mano de su marido Patrick Zaniroli y su experiencia como organizador del Paris-Dakar. De este tándem nació una prueba para clásicos de entre 1946 y 1985 que, debido al precio de la inscripción y su enfoque opulento, acaban por ser auténticas joyas rodantes. Es más, si no tienes tu propio vehículo siempre puedes alquilarlo a la organización desde 2.300 euros.

Las veladas serán emblemáticas, los coches históricos y nadie regalará nada en la carretera. Iremos acompañadas de un roadbook, el cronómetro y el Blunik (dispositivo para calcular la regularidad según los tramos). Adiós GPS, es parte del juego y el reto de vivir una semana como una diva de los años 60’s. Pronto os contamos cómo ha ido pero podéis seguir nuestros progresos en las redes sociales de Neomotor: Instagram, Facebook y Twitter.