Los neumáticos afectan al consumo de los coches. Esta afirmación es conocida por todos y es aconsejable, en el momento de cambiarlos, revisar la calificación de eficiencia, con marcas entre la ‘A’, más eficiente, y la ‘G’, menos eficiente, para optar por la que más nos interese. En los coches de combustión, la decisión de muchos compradores obvia esta nota y apunta antes al precio y a la seguridad. Con la llegada de los coches eléctricos, sin embargo, es aún más conveniente apostar por la eficiencia, ya que el neumático correcto puede incrementar hasta en un 12% su autonomía.

Al ser la única parte del coche en contacto con el suelo, las características del neumático tienen un impacto directo con su consumo y, por tanto, su autonomía. Los eléctricos, además, pesan más, por lo que las ruedas adquieren todavía más importancia en este aspecto. Es por eso que unos neumáticos específicos para coches eléctricos de, por ejemplo, 400 kilómetros con calificación ‘A’, este 12% extra supondría hasta 50 kilómetros más en comparación con neumáticos ‘C’.

Esta ganancia no está reñida con un desgaste mayor. Pese a tratarse de neumáticos específicos con baja resistencia de rodadura para coches mucho más pesados que uno de combustión, según Continental su vida útil no es necesariamente menor que otros neumáticos. Según los cálculos de la compañía de neumáticos, que ofrece la gama ContiSilent para vehículos eléctricos, los eléctricos con tracción trasera o delantera sí desgastan más la goma que un coche de combustión, mientras que los eléctricos con tracción total pueden prolongarlas hasta un 10% más que sus equivalentes de gasolina.

Además de los Continental ContiSilent o los Conti.eContact, marcas como Michelin, con los Pilot Sport EV, Pirelli, con los P Zero Elect, Bridgestone, con los Turanza Eco, o Goodyear con los EfficientGrip Performance, también ofrecen modelos específicos para maximizar la autonomía de los eléctricos.

¿Y la llanta?

En su afán por alargar al máximo la cifra de kilómetros que un eléctrico puede recorrer con una sola carga, los fabricantes han empezado a presentar diseños de llantas muy llamativos, casi futuristas, diseñados pensando en la aerodinámica para mejorar su autonomía. No siempre son los diseños más atractivos, pero los datos indican que la llanta también tiene mucho que ver con la autonomía final del coche.

Estos diseños están pensados para reducir la resistencia aerodinámica del vehículo y permitir que ruede con más facilidad. Se desconocen cifras exactas de su peso en la autonomía de los eléctricos, pero desde Tesla llegaron a argumentar que las llantas aerodinámicas del Model 3 podía hacerle ganar casi un 10% de autonomía, de nuevo un número significativo.

También el tamaño influye, porque a más llanta, más resistencia aerodinámica. En este caso si hay datos. Según un estudio de la EPA, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, realizado con el Model S y el Model X de Tesla, a más tamaño, menos autonomía. Según sus conclusiones, un Model S consume un 5,2% más con llantas de 21 pulgadas que con otras de 19 pulgadas, mientras que un Model X P100D, su versión más potente, llega a consumir hasta un 23,3% más con llantas de 22 pulgadas que con llantas de 20.

Todos estos datos demuestran que en la movilidad eléctrica la elección de los neumáticos y el diseño de las llantas es tan importante como planificar bien un viaje, ya que puede suponer, a la larga, un ahorro considerable al ganar muchos kilómetros por cada carga de la batería.