Este verano, el vehículo privado será el aliado perfecto para desplazarse a zonas vacacionales o simplemente, acudir a la piscina o la playa a refrescarse. De hecho, la Covid-19 ha mermado la confianza en el transporte público ante la falsa creencia de que es más fácil contagiarse. Es por eso que tener el coche en buenas condiciones será vital este verano para garantizar la seguridad al volante y una buena puesta a punto será imprescindible.

Sin embargo, tener el coche en perfectas condiciones no garantiza la ausencia de averías. Hay acciones cotidianas que pueden poner en riesgo el buen funcionamiento de los componentes de los coches, que terminan por romperse y causar un mal de cabeza a sus propietarios. Estas son las cinco averías más comunes por culpa de los despistes que pueden amargar el verano a más de uno.

1. Ojo al repostar

Repostar es una acción que se repite constantemente en la actividad diaria de los conductores. A veces, mientras se está pagando se coge una manguera y se reposta sin reparar en si se está echando gasóleo a un coche de gasolina. Es un error más común de lo que parece. Si no se llega a arrancar el motor no pasa nada pero si se enciende el coche, el 'descuido' se puede convertir en una avería cercana a los 400 euros.

2. Mal mantenimiento del coche

Llevar un buen mantenimiento del coche previene de muchas averíasun buen mantenimiento del coche previene de muchas averías. El cambio de aceite y otros líquidos, filtros, neumáticos, discos y pastillas de freno y un largo etcétera deben estar al día. Además, hay que tener en cuenta siempre la correa de distribución, cuya avería resulta fatal. La dejadez en este aspecto provoca un alud de visitas al mecánico. 

3. Cuidado con el punto muerto

Del estilo de conducción también derivan varios tipos de averías. Por ejemplo, no hacer uso del freno motor o circular en punto muerto incrementa el uso de carburante además de ocasionar fallos en poleas y tensores de correas. Los acelerones y frenazos también son culpables de algunas llamadas al servicio de asistencia en carretera.

4. Escapadas al campo

En el caso de los todoterrenos, tras pasar un buen día recorriendo caminos de montaña y la tierra del campo, se deben limpiar los elementos de refrigeración y calefacción. Un mal estado de estos elementos provoca fallos en algunos sistemas del vehículo y recalientan el motor.

5. Testigos luminosos

Las citadas luces que aparecen en el salpicadero indican de fallos mecánicos en los sistemas del motor del vehículo. No hacer caso a estos 'chivatos' termina con una avería segura, en ocasiones cara.