El 40% de las matriculaciones anuales debe corresponder a modelos electrificados en 2030 si se quiere alcanzar el objetivo fijado por el Gobierno de que circulen por España cinco millones de este tipo de vehículos en dicho año.

Según el vicepresidente ejecutivo de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Mario Armero, en diez años, se han de alcanzar los 200.000 puntos de recarga para vehículos electrificados --frente a los 6.000 actuales-- para que sea factible la "ambición" del Ejecutivo.

"Es una cifra ambiciosa, por encima de nuestras expectativas pero que nos pone el listón alto. Nos gusta esa ambición, esa apuesta. Queremos aportar lo mejor de nuestro esfuerzo para conseguir ese parque electrificado, pero no podemos estar solos", señala Armero en una tribuna publicada por la propia asociación.

De estos cinco millones de vehículos electrificados que plantea el Gobierno para 2030, 3,5 millones serían turismos, cifra muy lejana de las 28.135 unidades que circulaban por las carreteras españolas en diciembre de 2018.

"Para lograrlo, es imprescindible multiplicar exponencialmente las ventas de vehículos y la instalación de puntos de recarga, para garantizar una eficiencia y confianza similar a la que tenemos ahora con los vehículos de combustión", destaca Armero.

El vicepresidente ejecutivo de Anfac defiende que los fabricantes "creen" en el vehículo eléctrico y que les gusta el nivel de ambición del Gobierno. "Pero este esfuerzo requiere de la colaboración de administraciones públicas, fabricantes y energéticas. Todo el ecosistema de la nueva movilidad ha de estar implicado", añade.

En este sentido, denuncia que el sistema establecido para apoyar el crecimiento y la implementación del vehículo eléctrico es "insuficiente", ya que los diferentes planes de ayuda a la compra --Moves, Movalt o Movea-- han sido "escasos y mal distribuidos y ejecutados".

"Debemos lograr que el impulso al vehículo eléctrico sea de todos y no solo de los fabricantes. El apoyo decidido a la electromovilidad requiere de un enfoque integral, con una participación activa y equilibrada de todas las partes en torno a la disponibilidad de una oferta comercial potente, de planes de incentivos e instrumentos fiscales y del despliegue eficiente de la infraestructura de recarga que permita la implementación del vehículo eléctrico y de su integración en el ecosistema", indica Armero.