El creciente protagonismo de los combustibles alternativos en la industria del automóvil ha reestructurado el panorama de la movilidad a todos los niveles. Un escenario en el que cada vez gana más fuerza opciones de propulsión «limpias» como es el caso del gas natural comprimido (GNC).

Una solución que ha demostrado su viabilidad y eficacia y por la que Gas Natural Fenosa está realizando una decidida apuesta. La compañía gasística española ha anunciado un programa de ampliación de su red de estaciones de carga de GNC mediante el cual tiene previsto abrir un total de 50 puntos de suministro en las principales ciudades españolas, entre las que se incluye València. De esta manera, Gas Natural Fenosa contará con un total de contará estas aperturas, el total de 100 estaciones de acceso público. En la actualidad, la compañía cuenta con 31 estaciones públicas de gas natural operativas en España, del total de las 57 que se encuentran en funcionamiento.

Aumento del uso del GNC

Durante el último año, las ventas de vehículos y camiones propulsados por gas natural se incrementaron un 50%, afianzando así el uso de este combustible. Este hecho, unido a la alianza estratégica de la compañía energética con Seat, ha impulsado a Gas Natural Fenosa a acelerar su plan de fomento de la movilidad y dar continuidad a la expansión de las infraestructuras de repostaje.

La fortaleza del GNC frente a los combustibles tradicionales se justifica en numerosos aspectos. En materia medioambiental, el gas se presenta como una de las energías más limpias y respetuosas con el medio ambiente. No en vano, el GNC reduce en un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y casi en un 100% las de las partículas en suspensión. En cuanto al CO2, principal gas de efecto invernadero, reduce en un 30% las emisiones respecto a la gasolina, en un 20% frente al diésel y en un 12% respecto al gas licuado del petróleo (GLP).

Además, el GNC cuenta con la ventaja de la estabilidad de sus precios así como por la «discriminación positiva» de la que se benefician sus usuarios. En este sentido, los vehículos propulsados por gas cuentan con la etiqueta «ECO» de la Dirección General de Tráfico, mediante la cual obtienen descuentos en zonas de aparcamiento reguladas, peajes, carriles de circulación exclusiva VAO, o impuestos de circulación en un cada vez mayor número de ciudades españolas. Toda una serie de ventajas que tiene que estar respaldada por una adecuada red de distribución, capaz de dar servicio a un parque propulsado por gas que no para de crecer.