Ford ha dado en el clavo con la última actualización del EcoSport, ya que lo ha dotado de aquello que para nuestro juicio le hacía más falta: personalidad. Y lo ha hecho a través de tres factores claramente distinguibles: un diseño más robusto de formas angulosas que deja atrás su redondeado, y que se potencia más si cabe con un acabdo ST Line que le otorga una imagen más dinámica; una tracción total inteligente que le hace más capaz y versátil; y una nueva motorización diésel de 125 cv que optimiza sus prestaciones.

En realidad estos dos últimos elementos van ligados ya que la tracción total sólo estará disponible como opción, y a partir de mediados de 2018, con el nuevo propulsor EcoBlue de 1.5 litros. El avanzado sistema 4x4 controla el agarre de cada una de las ruedas del coche y puede ajustar el reparto de par hasta un 50/50 entre el eje delantero y trasero en menos de 20 milisegundos, 20 veces más rápido de lo que se tarda en parpadear. De este modo el sistema varía el par de manera fluida entre las cuatro ruedas y permite un agarre más seguro a la carretera, especialmente en terrenos resbaladizos. Como decíamos, esta tecnología sólo estará disponible con el nuevo motor diésel EcoBlue 1.5 de 125 cv y 300 Nm, que a su vez va asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones y baja fricción que permitirá reducir aún más las emisiones de CO2 y una mayor eficiencia de combustible.

El nuevo Ford EcoSport también está disponible con el afamado y premiado motor gasolina EcoBoost de tres cilindros y 1.0 litros en versiones de 125 y 140 cv. Como siempre este propulsor destaca por su gran eficiencia, pudiendo en el caso del 125 cv lograr una media de consumo de 5,2 l/100 km, con unas emisiones de CO2 de 119 g/km. La variante de 125 cv es, a la vez, la única en toda la gama que puede ir ligada a un cambio automático.

Primeras sensaciones

Precisamente esta última combinación fue la que primero probamos en la presentación internacional del EcoSport por las carreteras de Lisboa. Ofrece un buen nivel de prestaciones y un gran confort, ya que el EcoBoost se entiende a la perfección con el cambio Powershift. En el modo normal la aceleración es muy progresiva y los cambios de marcha suaves y agradables, mientras que cuando se pone el modo Sport se apuran mucho más las distintas relaciones para exprimir al máximo las posibilidades del motor gasolina. También nos gustó mucho sus reacciones cuando se manejan las levas del volante. Eso sí, no hay que pensar que estamos ni mucho menos ante un coche de corte o reacciones deportivas.

Las optimizaciones en amortiguadores, dirección, eje trasero, y en el Programa Electrónico de Estabilidad y perfiles de asistente de dirección, están más enfocadas a brindar una marcha confortable que un mayor dinamismo, aunque sí apreciamos que el coche transmite una mayor sensación de seguridad y control al conductor, lo que permite que se puedan mantener ritmos de conducción más alegres.

Por lo que respecta al nuevo motor diésel EcoBlue, ha sido diseñado para lograr una mayor potencia y un mejor rendimiento, así como emisiones de CO2 reducidas. Y es tal cual lo que nos transmitió durante la toma de contacto. Lo notamos más ‘lleno’ incluso que el 140 cv en regímenes medios, lo que hace que tengas que echar menos mano de la palanca de cambios en adelantamientos y cambios de ritmo en carretera, lo que a su vez optimiza el nivel de consumo, algo en lo que también supera al motor más potente de la gama. No lo hace en cambio en vibraciones y rumorosidad, en el que gana el premiado gasolina.

Tuvimos además el privilegio de probar en primicia el EcoBlue con la tracción total, y lo cierto es que junto con las mejoras estructurales del vehículo, logra brindar una estabilidad y un aplomo que echamos mucho en falta en la anterior generación del EcoSport.

Acabado ST-Line

El Ecosport ha madurado. Su aspecto exterior es ahora más atractivo, robusto y deportivo, gracias a unas líneas más angulosas y a la utilización del nuevo lenguaje de diseño de la marca del óvalo. Además, la nueva gama EcoSport incluirá por primera vez una nueva variante deportiva STLine, que acompañará a los Edge ST-Line, Fiesta ST-Line, Focus ST-Line, Kuga ST-Line, Mondeo ST-Line y S-MAX ST-Line, que ofrecen un atrevido exterior y dinámicas de conducción deportiva, además de potentes y eficientes motores de gasolina EcoBoost y diésel TDCi.

El EcoSport ST-Line está equipado con unos paragolpes exclusivos inspirados en la gama Ford Performance, aletas laterales, barras de techo acabadas en negro y biseles de faros, faros de aleación de 17 pulgadas, emblemas ST-Line y techo y retrovisores con pintura extendida de serie. El interior ofrece un volante exclusivo ST-Line tapizado en cuero de fondo plano, asientos con acabados en cuero e insertos Miko Dinámica -un ante ecológico hecho de poliéster reciclado- con costuras en hilo rojo. También está equipado con una palanca de cambios y freno de manos de cuero, estribos ST-Line y pedales deportivos de acero inoxidable.

Pero este pequeño SUV no sólo mejora por fuera, sino también por dentro. El nivel de refinamiento ha crecido gracias a unos controles más fáciles de utilizar, a materiales de mayor calidad y ajustes optimizados. No apreciamos, en cambio que se haya ganado espacio para los ocupantes, si bien un nuevo suelo de maletero ajustable que puede elevarse para ofrecer espacio de almacenamiento oculto o rebajarlo, incremente la capacidad de almacenamiento hasta los 335 litros.

Ya disponible

Ya se pueden hacer pedidos del nuevo EcoSport, si bien no llegará a los concesionarios hasta febrero. Y lo hará con un precio que, sin descuentos, arranca en 18.850 euros, correspondientes al 1.0 EcoBoost de 125 cv con acabado Trend, mientras que el 140 cv más accesible es el Titanium desde 22.000. El diésel 1.5 TDCi Trend arranca en 20.200 euros. Con todos los descuentos incluidos, el Ecosport está disponible desde 13.900 euros y sólo hasta febrero habrá una serie especial basada en el acabado Titanium con prácticamente todo el equipamiento por 15.800 euros.