MOTOCICLISMO

Augusto Fernández: Un año no apto para cardíacos

El piloto mallorquín ha luchado hasta la última carrera en Cheste para levantar su primer título mundial

Los ocho podios de Augusto Fernández, antes del circuito de Cheste.

Los ocho podios de Augusto Fernández, antes del circuito de Cheste. / EFE/DM

Elena García

Elena García

Enviada especial a Cheste (Valencia)

El de Augusto Fernández ha sido un año redondo, pero no apto para cardíacos. El piloto de 25 años ha necesitado llegar al circuito de Cheste, última prueba del año, para levantar su primer título en la categoría de Moto2. Tras un inicio titubeante, en el que sumó dos ceros en las cinco primeras carreras, el de Pina resurgió de sus cenizas para, a partir de Jerez, prácticamente no bajarse del podio.

El mallorquín levanta el título habiendo cosechado ocho podios y cuatro primeros puestos (tres de ellos consecutivos) y lo hace, también, despidiéndose de una cilindrada en la que ha competido durante las seis últimas temporadas (los dos primeras no lo hizo de manera completa). Augusto será el único rookie el año que viene en MotoGP, un salto a la categoría reina con el que lleva soñando mucho tiempo y que finalmente realizará como flamante ganador de Moto2.

Fernández asaltó el liderato de la general por primera vez en Silverstone, pero desde entonces lo cedió hasta en dos ocasiones al que ha sido su máximo rival en las últimas carreras. El golpe más duro para el mallorquín fue sin duda en Australia, donde probó el asfalto, cuando rodaba tercero, y abandonaba el liderato a falta de solo dos carreras para el final del campeonato.

Augusto arrancó la temporada en Qatar rozando el podio. Precisamente fue Ai Ogura quien arruinó el que iba a ser el primer cajón del mallorquín en la temporada 2022. El nipón vio como Fernández le hacía un espectacular interior en la última vuelta y el japonés, al intentar recuperar la plaza en la última curva, se ‘topó’ con Augusto. Ogura tocó por detrás a Fernández y ambos consiguieron evitar la caída de milagro, pero beneficiando a Sam Lowes, que enfiló mejor la recta de meta y se hizo con la tercera plaza delante del balear.

En la segunda parada del calendario, Augusto finalizó el Gran Premio de Indonesia en quinta posición, y el primer varapalo del curso llegó solo una carrera después en Argentina. El del equipo Red Bull, que partía desde la segunda posición, protagonizó una mala salida que le hizo tocarse con la rueda trasera de la moto del tailandés Somkiat Chantra e irse al suelo en la primera curva del circuito, sumando su primer cero de la temporada.

En Las Américas, el mallorquín vivió un arranque complicado que le hizo caer al puesto 28. Sin embargo, no tiró la toalla y mantuvo la concentración para cruzar la línea de meta en un más que meritorio noveno puesto. Sin embargo, la racha de problemas todavía no habían acabado. Solo una carrera después, en Portimao, Augusto fue uno de los pilotos afectado por la caída múltiple que se produjo por el agua presente en el trazado del Gran Premio.

Fernández rozó el podio en el circuito de Jerez, solo sería un aviso. El piloto del KTM Ajo, que salía noveno, logró remontar posiciones hasta tocar con los dedos los tres primeros puestos. Pero no fue hasta Le Mans donde mostró su candidatura al título. El de Pina, que no ganaba una carrera desde el 2019, salio en el circuito de Buggati enganchado a su compañero Acosta, que partía desde la ‘pole’. Le siguió pegadito, sin problemas y, cuando el murciano se fue al suelo, tomó el mando de la carrera y ya no lo soltó.

Tras un quinto puesto en Italia, Augusto encadenó su mejor racha del curso con cuatro podios en Cataluña, Alemania, Países Bajos y Gran Bretaña, subiéndose al primer escalón en los tres últimos. En Montmeló finalizó en tercera posición y se colocó cuarto en la general, con 96 puntos. En Sachsenring esperó el momento propicio para situarse líder de la carrera y, a partir de ese momento, machacar con un ritmo frenético a todos sus rivales. Llegado el turno de Assen, Fernández volvió a dar un nuevo mordisco al Mundial de Moto2 y se colocó colíder, con el italiano Celestino Vietti, empatados a 146 puntos.

Tras el parón por las vacaciones de verano, el mallorquín regresó con las pilas, si cabe, todavía más cargadas y abordó el liderato en solitario con su tercer triunfo consecutivo, el cuarto de la temporada, en el circuito de Silverstone. Augusto Fernández cedió el liderato en Austria, con un quinto puesto, pero lo volvió a recuperar en San Marino solo dos semanas después. El de Kalex salía desde la tercera línea de parrilla, controló el desgaste de sus neumáticos y eligió su momento para atacar. Escaló puestos y luchó por el podio en las últimas vueltas, con un empujón tardío que le dio el tercer puesto. En Aragón, Augusto puso tierra de por medio con su máximo perseguidor, el japonés Ai Ogura. El piloto, que partía desde la primera posición, lideró las primeras vueltas, pero finalmente fue superado por Acosta y Canet.

El arranque de la gira asiática no le sentó nada mal. El mallorquín finalizó segundo, tras una gran carrera, el Gran Premio de Japón, por detrás de Ai Ogura, quien ya se perfiló como su máximo rival en la lucha por el campeonato. Augusto siguió líder, pero con apenas dos puntos de ventaja sobre el nipón. En Tailandia, en una carrera que se vio interrumpida por la lluvia, finalizó séptimo un Gran Premio de Tailandia de Moto2 que se vio muy afectado por la lluvia, Augusto finalizó séptimo, una posición que le permitió mantener 1,5 puntos de ventaja sobre Ogura.

El gran varapalo llegó en Phillip Island. Precisamente el día en el que Izan Guevara levantaba el título de Moto3, Augusto sufría una caída sin consecuencias y cedía la primera posición de la general al japonés, ahora con 3,5 puntos de ventaja. Pero si la mala suerte salpicó a Augusto en Australia, esta se trasladó al otro bando en Malasia. Ai Ogura rodó por los suelos cuando rodaba segundo en la última vuelta en el circuito de Sepang y un cuarto puesto le bastaba al mallorquín para recuperar el liderato y afrontar la última carrera en Cheste con cierta ventaja (9,5 puntos) sobre su máximo perseguidor.

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