La peculiar operación de rescate de una cerda tras las inundaciones en Ibiza: "Tenemos que salir de aquí"
Con el reto de salvar a Sheila, la cerda que vive en su finca, tratan de crear una zona seca después de que el corral y todo su entorno quedaran anegados

La cerda de Sheila cubierta tras las inundaciones / DI
Tras las intensas lluvias que han afectado a la isla en los últimos días, una pareja residente en una zona rural de Ibiza ha protagonizado una peculiar operación de rescate: salvar a Sheila, la cerda que vive en su finca, después de que el corral y todo su entorno quedaran completamente anegados y cubiertos de agua estancada.
"Todo nuestro jardín está inundado y Sheila está inundada también, así que vamos a ir a evaluar la situación", relataba entre risas y preocupación Stella Tzortzi, mientras avanzaba con el agua casi hasta la rodilla. "No hay ningún sitio al que pueda ir. Sheila, mi amor, no sé qué hacer. Tenemos que salir de aquí", se la escucha decir en uno de los vídeos grabados durante el rescate.
Para convencer a la cerda de abandonar el agua, Stella y su pareja improvisaron un sistema de tablas y palés, probando su estabilidad para crear un paso seguro. "¿Debería coger algo de comida para llamar su atención?", se pregunta Stella antes de usar una manzana para atraerla.
Con paciencia y algo de ingenio, lograron que Sheila se acercara a una zona más firme. "La engañamos todo el rato con un cubo lleno de comida para que saliera del agua estancada", comenta divertida.
Aunque Sheila no es técnicamente su mascota —"Cuando nos mudamos, el propietario la tenía aquí, pero me enamoré de ella; le doy comida, agua y hasta duchas de vez en cuando"—, la pareja no dudó en hacerse cargo de su bienestar.
Durante los días siguientes, trabajaron sin descanso para recuperar la zona del corral. "Hemos creado un sistema de drenaje; el propietario vino esta mañana y añadió un techo para salir del paso, por lo que ahora está cubierta”, explica Stella. Sin embargo, la tarea no fue fácil: “Estamos de mierda hasta las rodillas. Esto es muy antihigiénico, huele mal y está lleno de suciedad", reconoce.
Tras cinco horas diarias de trabajo y varios intentos de bombeo, consiguieron drenar el área al tercer día mediante una bomba de gravedad y un sistema casero de canalización. "Esto está mejor que ayer", comentaba Stella al ver los primeros resultados.
Con el terreno ya seco, la pareja decidió mejorar el espacio de Sheila: cavaron agujeros para instalar tuberías, diseñaron un techo resistente y una estancia elevada. "Ahora tiene su parte seca”, cuenta Stella una semana después, mientras le lleva paja y comida para animarla a entrar en su nuevo hogar. "Le hemos hecho un sitio mejor del que tenía antes", asegura satisfecha.
El esfuerzo, además de poner a salvo a Sheila, refleja el vínculo afectivo que une a esta pareja con los animales que les rodean. "Sheila es como una de mis mejores amigas", confiesa Stella. Una historia de afecto, ingenio y solidaridad rural que emerge entre el barro y las lluvias de Ibiza.
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