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"El suicidio se puede prevenir": El IMAS lanza una guía y protocolo que enseña a detectar y actuar ante el riesgo autolítico en centros de menores

Los expertos subrayan que "hablar directamente" sobre ello es la mejor forma para evitar que suceda

Durante la presentación de los documentos se proyectó un vídeo de personas afectadas por el suicidio de menores.

Durante la presentación de los documentos se proyectó un vídeo de personas afectadas por el suicidio de menores. / MANU MIELNIEZUK

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Palma

"El suicidio se puede prevenir". Es el mensaje claro y contundente que las expertas y expertos reunidos este martes en el auditorio del ParcBit han dado durante la presentación de la guía y el protocolo para la prevención y el primer abordaje de la conducta suicida en los servicios de acogida residencial. Ambos documentos, considerados pioneros por ser los primeros de su tipo dedicados a la realidad de los centros de acogida, nacen de la convicción de que la intervención temprana, la formación adecuada y el derribo de mitos son herramientas esenciales para combatir la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años en España, buscando transformar el acompañamiento cotidiano de los profesionales en una red de apoyo y detección de señales de alerta.

El acto, que ha contado con la presencia de trabajadores de centros, psicólogos, representantes del Colegio Oficial de Psicólogos de Baleares (COPIB) y miembros del Govern, ha puesto énfasis en la necesidad de una actuación coordinada ante esta problemática. El Presidente del IMAS, Guillermo Sánchez Cifre, ha abierto la jornada subrayando la urgencia de esta medida: "Esta guía de prevención del suicidio es crucial. El suicidio es la segunda causa de muerte y, lamentablemente, esta problemática afecta también a los menores que están bajo custodia o tutela. Se ha detectado un aumento de las ideaciones y conductas autolíticas en los últimos tiempos y eso nos preocupa profundamente", ha subrayado.

En este sentido, ha destacado que la prevención del suicidio no debe ser vista solo como una cuestión clínica, sino como una "responsabilidad compartida" que requiere la colaboración estrecha de los profesionales del IMAS, entidades del tercer sector, el Colegio Oficial de Psicólogos, la Conselleria de Educación y la Dirección General de Salud Mental. "Trabajamos para que haya una voluntad clara de cuidar mejor, no solo a los niños y niñas, sino también a los profesionales en el desarrollo de su actividad diaria," ha concluido.

4.000 muertes en España

Rosa Calafell, pedagoga de los servicios de acogida residencial, ha explicado que aunque los textos se basan en un protocolo de salud pública de 2021, estos nuevos documentos han sido adaptados a la "realidad diferente" de los centros de acogida, "donde los menores a menudo arrastran situaciones previas de pérdida, abandono, violencia y trauma", factores que incrementan su vulnerabilidad y hacen que los comportamientos autolíticos sean una preocupación creciente.

"La guía, más teórica y general, y el protocolo, eminentemente práctico, son complementarios", ha indicado la pedagoga, recordando que la situación actual, con cerca de 4.000 muertes por suicidio en España en 2024, hacía "necesario elaborar una documentación como esta". Según ha detallado, el protocolo proporciona herramientas concretas basadas en evidencias para la detección y la intervención, con un alcance que va más allá del personal educativo y psicológico. "La intención es implicar a toda la plantilla —desde el personal de cocina hasta el de mantenimiento— para que puedan observar, comunicar y tener instrumentos para valorar el nivel de riesgo (bajo, medio o alto) de un joven", ha manifestado. A partir de esa valoración, el protocolo establece los procedimientos claros de actuación y derivación inmediata a los servicios de psiquiatría o salud mental.

Detrás de cada caso, entre 10 y 30 intentos de suicidio

Por su parte, Mar Viñals, psicóloga del plan de atención en los servicios de acogimiento residencial, ha contextualizado la gravedad del problema con datos clave: "Se sabe que a día de hoy en la UE el suicidio es la primera causa de muerte en menores de 35 años y en España entre los 15 y 29 es la segunda causa". Viñals ha afirmado que si se habla de prevención es "porque es uno de los principales problemas de salud pública" y ha recordado que detrás de cada caso consumado se estima que hay entre 10 y 30 intentos.

Por todo ello, ha señalado que la prevención "debe empezar en lo cotidiano, en la escucha y el acompañamiento diario de los profesionales". La guía tiene información detallada sobre la conducta suicida, ya que explica cuáles son los factores de protección (como una buena rutina o sentirse querido y escuchado) que se deben fomentar, y los factores de riesgo (como el aislamiento o las frases de desesperanza) que los hacen más vulnerables y que son importantes detectar para poder actuar antes de que sea demasiado tarde.

Imagen del protocolo de actuación.

Imagen del protocolo de actuación. / DM

Desmontando mitos

Un bloque central de la presentación se ha dedicado a desmontar los mitos y las creencias falsas que rodean la conducta suicida, un elemento clave que aparece reflejado en la guía. Las expertas, además, han incidido en la necesidad de visibilizar la problemática y hablar de ella. Tanto Viñals como Calafell han desmontado la creencia de que es mejor no hablar del suicidio, señalando que "está comprobado estadísticamente y por estudios que hablar del suicidio es una de las mejores maneras de evitarlo o de prevenirlo. Hablar del suicidio de una manera natural que permite que la persona se sienta escuchada, apoyada, validada". De hecho, hablar directamente del suicidio es lo que se recomienda.

Otro mito desmentido es la idea de que quien amenaza con suicidarse solo busca "llamar la atención". Las expertas han coincidido en que cualquier expresión o cambio de actitud debe considerarse una "llamada de socorro que debemos atender," y no una manipulación, ya que cualquier persona que ha intentado suicidarse ha dado algún indicador de su intención.

Finalmente, se ha abordado la creencia de que el suicidio es algo puramente impulsivo que no avisa. Si bien puede haber ser así, han puntualizado, "siempre hay un aviso" o indicios previos, han recordado, por lo que han incidido en que el protocolo enseña a los profesionales a estar atentos a cualquier signo, "por sutil que sea", para establecer el nivel de riesgo y poner en marcha los recursos necesarios.

Durante la jornada, también han intervenido Lola Gabaldón, de la Dirección General de Salud Mental, que ha hecho énfasis en la importancia del trabajo en red y la coordinación. La experta ha celebrado que ya no sea "impensable" hablar de prevención del suicidio en la infancia y la adolescencia, y ha destacado que la prevención debe ser una responsabilidad de todos los que trabajan con personas, ya que "tenemos la herramienta más importante, la escucha, y la podemos poner en práctica".

La coordinación entre entidades se articula a través de diferentes programas que buscan tejer un puente efectivo entre la sanidad, la salud mental y las entidades residenciales. La guía incluye precisamente un listado de recursos de la red comunitaria para facilitar esta coordinación. Este esfuerzo conjunto, sumado a la claridad de las pautas de detección, valoración y actuación ofrecidas por la guía y el protocolo, consolida un nuevo marco de intervención integral cuyo objetivo fundamental es salvar vidas y garantizar una red de seguridad sólida y atenta para los menores más vulnerables bajo custodia de la administración.

Portada de la guía del IMAs para la prevención del sucidio.

Portada de la guía del IMAs para la prevención del sucidio. / DM

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