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El jefe de Urgencias de Son Espases: «Hemos pasado unos días complicados, pero la presión ya ha bajado»

El doctor Bernardino Comas reivindica reforzar la Atención Primaria para aliviar la presión en el hospital y agradece la implicación de los sanitarios «en una semana muy complicada»

La puerta de las urgencias de Son Espases este viernes.

La puerta de las urgencias de Son Espases este viernes. / Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Palma

El colapso en las urgencias de Son Espases empieza a remitir. Ayer al mediodía solo quedaban ocho pacientes sin cama asignada, una cifra muy inferior a la de los días anteriores, y la mañana arrancó con 42 pacientes pendientes de pasar a planta. La mayoría se fueron derivando a lo largo del día. El jueves se atendieron 466 urgencias, y ayer, después de varios días «complicados», la presión asistencial ya ha empezado a bajar.

Lo explica en palabras a este diario el jefe de Urgencias de Son Espases, el doctor Bernardino Comas: «La situación no es todavía normal, pero ha mejorado mucho respecto a los días anteriores», comenta. Reconoce que «han sido unos días muy complicados», aunque confía en que «el fin de semana ayudará a estabilizar la situación» gracias al descenso de la actividad quirúrgica y al mayor número de altas hospitalarias. La clave ahora, añade, es «trabajar para que la próxima semana no se repita lo que hemos vivido».

Comas atribuye el colapso de los últimos días a varios factores: «Hemos atendido tres tipos de pacientes: mayores con enfermedades crónicas descompensadas, personas con patologías leves que podrían haberse tratado en Atención Primaria y pacientes con dificultades para acceder al sistema sanitario que recurren directamente a urgencias».

«Hacen falta más recursos en Atención Primaria»

El jefe de Urgencias incide en que el problema de fondo es estructural: «La puerta de entrada del sistema sanitario no pueden ser las urgencias hospitalarias, como sucede ahora. Debe ser Atención Primaria, y para eso hace falta dotarla de más recursos, infraestructuras y capacidad de resolución».

Respecto a la carga de trabajo de los profesionales, el responsable de Urgencias asegura que «el personal ha estado a la altura de la situación»: «Agradezco la implicación y el compromiso de todos los profesionales, que han trabajado en condiciones complicadas por la sobrecarga asistencial», destaca. Esa presión, explica, «no se refiere solo al aumento de pacientes, sino también a la dificultad para acceder a camas de hospitalización».

Esta semana la gerencia del hospital ha tenido que adoptar medidas excepcionales para aliviar la saturación, como reprogramar la actividad quirúrgica no urgente y derivar pacientes a otros centros sociosanitarios: «No es sencillo, pero hemos hecho todo lo posible por reorganizarnos y ofrecer una atención segura y de calidad», asegura Comas.

En todo caso, el jefe de Urgencias insiste en que la saturación no es solo en el servicio que dirige: «Hay que hablar con rigor: la saturación no la tiene el servicio de urgencias, sino que es de los hospitales en general. Nosotros sufrimos los efectos colaterales». En su opinión, no se trata de una situación estructural permanente, sino de picos de presión que deben gestionarse mejor: «No vivimos siempre saturados. Hay épocas del año con más sobrecarga y es ahí donde debemos trabajar para minimizar los efectos colaterales».

Aun así, recuerda que los profesionales hacen «todo lo posible» por que los pacientes tengan las mejores condiciones: «Es cierto que los pacientes que esperan cama no están en las zonas más deseables y que la confortabilidad no es la óptima. Todo lo que no es óptimo, se puede mejorar», admite. También se dirige a los pacientes que han pasado horas, o incluso días, esperando una cama: «Agradezco su colaboración, su paciencia y su comprensión. Sabemos que no es una situación agradable y que la viven con frustración y preocupación».

De cara al futuro, Comas considera fundamental «apostar por los hospitales sociosanitarios y reactivar las estrategias de atención al paciente crónico» para evitar que los servicios de urgencias vuelvan a colapsarse. «Hay enfermos que, por su perfil, deberían estar ingresados en dispositivos sociosanitarios, pero la falta de camas hace que acaben en Son Espases», explica.

El mensaje que traslada es contundente: «Los servicios de urgencias están preparados para atender cualquier tipo de patología a cualquier hora, pero hay que aprender a utilizarlos con responsabilidad. Si se trata de una patología leve, hay que ir al centro de salud, y serán los médicos de familia quienes decidirán si es necesario derivar al hospital o no». Después de varios días de tensión, el balance del jefe de Urgencias es prudente, pero optimista: «Hemos pasado unos días caóticos, pero la presión ya ha bajado. Ahora debemos trabajar la semana que viene para consolidar la normalidad y evitar que vuelva a repetirse».

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