Las «enormes pérdidas» y la «falta de acción» de los ayuntamientos ponen en jaque la recogida de ropa usada en Mallorca
Càritas advierte, «si los consistorios no remuneran el servicio, dejaremos de hacernos con el textil y peligrarán puestos de trabajo de inserción»

Uno de los contenedores con los que Càritas recoge ropa usada. / B. Ramon

Càritas Mallorca ha lanzado una seria advertencia sobre la insostenibilidad del actual sistema de recogida de ropa usada en la isla. La problemática fue inicialmente expuesta por Joan Bassa, administrador general de la entidad, durante la presentación de la memoria 2024 el pasado lunes, cuando puso sobre la mesa que la situación, agravada por la drástica reducción del precio que reciben por la ropa recogida, que ha caído a 0,27 euros por kilogramo, y la «inacción» de los ayuntamientos para remunerar este servicio «esencial», amenaza con el cierre de su línea de actividad y la consiguiente pérdida de empleos.
Félix Sánchez, gerente de Eines x Inserció, empresa de Càritas que se encarga de la recogida y tratamiento textil en Mallorca, explica en detalle a este diario la «grave situación». Señala que, a nivel nacional, la ley de residuos ha obligado a los ayuntamientos a separar el textil como una fracción más, lo que ha incrementado el volumen de ropa recogida, un aumento que, sin embargo, se ha visto contrarrestado por el impacto de la «moda rápida y ultrarrápida, que produce prendas de baja calidad, dificultando su segundo uso y provocando un exceso de oferta en el mercado», explica.
Este colapso se enmarca en una emergencia textil a nivel nacional y europeo. El gerente de Eines x Inserció detalla cómo la saturación del mercado transfronterizo y la falta de demanda internacional, exacerbada por conflictos en países que antes eran compradores (como Ucrania y Líbano), han generado una acumulación de stocks y, consecuentemente, una bajada en el precio que se paga por la ropa usada. De hecho, detalla que el precio ha disminuido progresivamente desde septiembre del año pasado, con una caída de nueve céntimos por kilogramo, «lo que representa una pérdida de 9.000 euros por cada 100.000 kilos recogidos para Eines x Inserció». La empresa recogió 1.179.399 kilos en 2024, lo que subraya la magnitud de esta bajada de ingresos.
Representa una pérdida de 9.000 euros por cada 100.000 kilos recogidos para Eines x Inserció
88% incinerado
Alejandro Dorado Nájera, Comisionado para la Economía Circular del Gobierno, contextualiza la dimensión del problema a nivel español y europeo. Matiza que en España, cerca de 900.000 toneladas de residuos textiles al año, es decir, alrededor del 88%, acaban en vertederos o incineradoras sin ser recuperados. Además, subraya que a nivel europeo, cada ciudadano consume 19 kilos de material textil anualmente, para cuya producción se necesitan 12.000 litros de agua por europeo y año y una superficie agrícola equivalente a la de Grecia cada año. También añade que el sector textil es el quinto en emisiones de CO2 y el sexto en uso de materias primas.
En este sentido, recuerda que la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados de 2022 ha establecido la obligatoriedad de la recogida separada de residuos textiles para todas las entidades locales desde el 1 de enero de este año, y que el pasado 1 de julio se publicó el borrador del reglamento que regulará la Responsabilidad Ampliada del Productor (EPR) para el textil, lo que significa que los productores tendrán que sufragar los gastos de la gestión de los residuos que generan y promover la reutilización. Por todo ello, Dorado también destaca que el primer acto delegado del reglamento europeo de ecodiseño, en 2026, establecerá condiciones mínimas de durabilidad, reciclabilidad y porcentajes de material reciclado en los productos textiles, para poder evitar en un futuro toda esta problemática.
A pesar de estas legislaciones, Dorado reconoce que la recogida separada actual «es muy ineficiente» (solo el 12%), motivo por el que detalla que el Gobierno está invirtiendo 100 millones de euros del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Economía Circular en el sector textil, la moda y el calzado «para fomentar el ecodiseño, la digitalización y la mejora de la gestión de residuos».
Palma, «situación crítica»
En este sentido, hay que destacar que pocos ayuntamientos en Mallorca han licitado la recogida remunerada a día de hoy. Según Sánchez, Calvià, Manacor e Inca son algunas de las excepciones, «mientras que otros consistorios utilizan contratos menores a la espera de los [Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor] SCRAP, cuya plena operatividad no se espera hasta dentro de, al menos, dos años».
En Palma «la situación es especialmente crítica», manifiesta el gerente de Eines x Inserció, ya que concentra -subraya- el 48% de la actividad de recogida por la empresa, con 562.311 kilogramos de ropa en 2024. «De estos, 443.686 provienen de los contenedores de la Empresa Municipal de Agua y Alcantarillado (EMAYA). El convenio «a coste cero» que Eines x Inserció y la Fundació Deixalles mantienen con EMAYA desde hace diez años «es ahora insostenible», valora. Càritas estima que el coste por kilogramo de recogida de ropa es de 0,46 euros, el de tratamiento asciende a 1,05 euros el kilo y el de rechazo a 0,22 euros.
Sánchez afea a EMAYA la «falta de respuesta y avances» por su parte tras varias reuniones (la última el 12 de mayo), ausencia de reacciones que -asegura- «llevarán a la entidad a denunciar el convenio» si no se remunera el servicio. Si esto ocurriera, el gerente advierte de que Eines x Inserció «dejaría de recoger la ropa en los 87 contenedores que gestiona en Palma en un plazo de dos meses, lo que obligaría a EMAYA a asumir directamente la gestión de estos residuos, con los costes que ello implicaría».
Las consecuencias de este colapso son «devastadoras» para Eines x Inserció -considera Sánchez- que -recuerda- ya acumuló 256.000 euros en pérdidas durante la pandemia y que proyecta llegar a los 120.000 o 150.000 euros de pérdidas a finales de este año. Esta situación -destaca el gerente- «pone en riesgo los catorce contratos de inserción que la empresa ofrece a personas en riesgo de exclusión social [siete en recogida y siete en tienda], fundamentales para su integración laboral».
Habrá que firmar un nuevo convenio, sobre el cual todavía hay que articular las bases de la colaboración y las circunstancias en que se materializaría
La empresa municipal, por su parte, recuerda el convenio vigente, al cual le queda -dice- «todavía aproximadamente un año». De cara al futuro -añade- «habrá que firmar uno nuevo, sobre el cual todavía hay que articular las bases de la colaboración y las circunstancias en que se materializaría». Finalmente, hace mención de la última reunión celebrada y asegura que «habrá otra en el futuro, en una fecha todavía por determinar, ya que todavía no ha sido convocada».
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