"La doctora me dijo que la operación había salido bien y fui yo quien le señalé que se había equivocado de dedo"
El paciente que fue víctima de un grave error en un quirófano de Son Llàtzer dice la cirujana que le intervenido aún no se ha disculpado

El error se cometió en un quirófano del hospital de Son Llàtzer. | / DM
Joaquín Cabrera es el paciente del hospital de Son Llàtzer que fue operado por molestias en una mano, pero la cirujana se equivocó de dedo. Tenía que operarle el dedo índice, pero en realidad lo que hizo fue intervenirle el dedo pulgar. El paciente salió del quirófano con una cicatriz que no esperaba tenerla y, además, la intervención no tuvo el resultado previsto. La cicatriz en el dedo pulgar se le infectó y a día de hoy aún tiene molestias, pese a que ha sido intervenido en dos ocasiones más. Asegura que esta lesión le limita en su profesión de maletero en el aeropuerto de Palma. Ha decidido demandar a la sanidad balear, porque no está dispuesto a aceptar la “ridícula indemnización que me ofrecen”, de menos de tres mil euros.
El paciente explicó que llevaba mucho tiempo arrastrando la lesión en el dedo índice y el médico le propuso operarle. “Esperé más de dos años a que me llamaran, porque no era un tema urgente”. A diferencia de lo que ha declarado la cirujana en el procedimiento interno, asegurando que el paciente permaneció despierto durante toda la operación, Joaquín asegura que le durmieron con la anestesia, porque él mismo lo pidió. “Al terminar la operación vino la doctora y me dijo que todo había salido muy bien. Le dije que notaba el dedo pulgar dormido y me dijo que era normal porque me lo acababa de operar. Fue entonces cuando le dije que el dedo que me tenía que operar era el índice”.
Es decir, el error médico fue descubierto en el propio quirófano y la reacción de la doctora fue anestesiar de nuevo al paciente y operarle, en esta ocasión sí, el dedo que tenía lesionado. Aunque solo estaba previsto realizarle una cicatriz, el paciente salió del quirófano con dos, debido a este error en la operación. “Además la operación fue un desastre, yo no se qué hizo esa cirujana porque desde entonces me han vuelto a operar dos veces más y continúo con la misma lesión en el dedo”, relata el paciente. Joaquín cree que lo mínimo que podría haberle dicho la cirujana es pedirle perdón por el error, “pero nunca lo hizo, ni siquiera vino a verme a la habitación. No puedo estar más descontenta con ella”, relató.

El paciente tiene dos cicatrices en la mano derecha operada / J.F.M.
Cuando habían pasado varios meses de la intervención y tenía una cita con la misma cirujana para realizar una revisión de la herida “la doctora no quiso recibirme en su consulta. Me dijo que como la había demandado ya no confiaba en él, así que me tuve que marchar del hospital sin que me miraran las cicatrices”.
El proceso de recuperación no fue sencillo. Precisamente la cicatriz que le hicieron en el dedo que le operaron por error se infectó. La lesión ni siquiera fue descubierta durante las curas que le realizaron en el propio hospital. “Me dolía mucho la mano y decidí acudir a mi centro de salud. Cuando el médico de cabecera observó la herida de inmediato se dio cuenta que estaba infectada y que por eso me dolía tanto”. A partir de ese momento tuvo que someterse a un doloroso proceso de curación.
El paciente relata que pasó muchos meses con la mano lesionada. “La tuve hinchada durante mucho tiempo. En la operación no me resolvieron la lesión que sufría y tuve que someterme a dos operaciones más. Si la cirujana de Son Llàtzer hubiera estado algo más atenta y hubiera realizado bien su trabajo, seguro que no habría sufrido tanto dolor como el que he estado padeciendo”.
Al tratarse de un evidente error médico cometido en por una doctora, Joaquín Cabrera ha decidido reclamar la indemnización económica que le corresponde. Presentó inicialmente una reclamación ante la propia administración sanitaria pública. El IB Salut inició un expediente interno, en el que se le solicitó explicaciones a la cirujana. La doctora reconoció el error, pero consideró que las secuelas de este fallo en la operación eran mínimas, porque solo le había quedado al paciente una pequeña cicatriz. Al reconocer el error la compañía de seguros que cubre este tipo de negligencias ha ofrecido una indemnización económica al paciente. Le ofrece alrededor de unos tres mil euros. Joaquín, que reclama que le paguen 60 mil euros por todos los daños que ha sufrido, no está dispuesto a aceptar esta indemnización y tiene previsto presentar una demanda judicial. “Creo que la cantidad que estoy pidiendo es justa y que sea el juez que valore el daño que me han hecho porque la doctora se equivocó al operarme”, sentencia.
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