La última clase de Pep Campillo: el profesor de Clásicas sale del IES Joan Alcover con corona de laurel y bajo una lluvia de pétalos

El docente se jubila tras 35 años de docencia en el sistema público y hoy ha abandonado el aula, entre aplausos de compañeros y alumnos y con la espada que se entregaba a los gladiadores que se ganaban la libertad

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DM

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Palma

Pep Campillo se ha ganado su libertad. Tras 35 años de dedicación entusiasta a la docencia, enseñando con pasión lengua y cultura clásica, el gladiador Campillo ha impartido hoy en el IES Joan Alcover su última clase antes de la jubilación.

Compañeros y alumnos le han entregado una corona de laurel y una 'rudis', la espada que recibían los gladiadores a los que se les otorgaba la libertad y podían dejar de luchar (en el caso del docente, su lucha en los últimos años ha sido contra la burocracia que trajo consigo la LOMLOE). Desde hoy sus batallas irán por otros derroteros.

Coronado, con su espada y bajo una lluvia de pétalos de rosa, Campillo ha abandonado el aula y ha recorrido el pasillo y las escaleras del Joan Alcover mientras estudiantes y compañeros del claustro le aplaudían. Ha tenido que hacer un gran esfuerzo para contener las lágrimas. Sus últimas palabras en su última clase resumían su emoción: Gratias ex imo corde.

Durante su trayectoria siempre ha defendido que para enganchar a los estudiantes lo más importante es que el profesor sienta pasión por lo que explica y así poder contagiársela a los jóvenes. Además, defiende que el profesor "debe saber transmitir la utilidad de lo que enseña y ceder protagonismo a los alumnos". Su afán siempre ha sido, "como Sócrates", que los jóvenes piensen por sí mismos y que su vocabulario sea amplio.

Aunque no sea desde un aula, Campillo seguirá enseñando y difundiendo conocimento sobre el mundo clásico a la sociedad en general ya que mantendrá su vinculación con el festival Maremangnum, que el profesor impulsó desde sus incios, hace ya diez años.

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