Entrevista | María Dolores de la Puerta Médica experta en microbiota

Doctora De de la Puerta: «Somos bioquímica: detrás de cada emoción hay una molécula»

La doctora De la Puerta presentará mañana, a las 19:00 horas, en el Club Diario de Mallorca su libro ‘La microbiota estresada’. Acompañada por la periodista Marisol Ramírez, la autora ahondará en el impacto del estrés en la salud intestinal

La doctora De la Puerta es experta en microbiota.

La doctora De la Puerta es experta en microbiota. / .

Maria López

Maria López

Palma

Hace 25 años, la doctora De la Puerta comenzó a investigar la microbiota intestinal, un ámbito que, según confiesa, «me enamoró desde el minuto uno». Aunque fueron circunstancias personales las que la empujaron a indagar en este campo, decidió dejar atrás la que había sido hasta entonces su especialidad médica, la cirugía plástica, para centrar su práctica asistencial y divulgativa en la salud intestinal.

De la Puerta estará este jueves, a las 19:00 horas, en el Club Diario de Mallorca para presentar, junto a la periodista Marisol Ramírez, La microbiota estresada(HarperCollins, 2025), una obra que ya va por su tercera edición.

Si en su primer libro, El intestino feliz, la doctora se centraba en la relación entre microbiota y emociones, en esta segunda obra ahonda en el impacto del estrés en la salud intestinal: «El estrés destroza la microbiota», afirma categórica. «Las moléculas que influyen en nuestra forma de gestionar el estrés dependen de la microbiota. Su estado determinará si somos más hábiles a la hora de conseguir que el estrés sea o no un problema», detalla. La autora aborda también aspectos como las somatizaciones y «todos los síntomas físicos que se asocian a las emociones».

La conexión intestino cerebro

La conexión entre intestino y cerebro, y sus implicaciones en la salud, sigue siendo una cuestión central en La microbiota estresada. Esta relación se produce, como explica De la Puerta, de diversas formas. «La comunicación directa entre cerebro e intestino es a través del nervio vago, que sale de la cabeza, atraviesa el tórax y llega al abdomen, insertándose en las paredes del intestino delgado y grueso. Es un nervio de actividad bidireccional: comunica el cerebro con el intestino y el intestino con el cerebro». La particularidad del nervio vago es que es en un 80% sensitivo: «Comunica los sentimientos, los pensamientos, las sensaciones en el cerebro. Somos bioquímica: detrás de cada emoción hay una molécula», resume. Esta conexión se traduce en sensaciones físicas fácilmente reconocibles: «Tengo miedo y se me cierra el estómago, me dan un susto y tengo diarrea, estoy preocupado y no puedo comer, me enamoro y siento mariposas en la tripa. Eso es actividad directa del eje intestino-cerebro».

Además de esta vía nerviosa directa, la comunicación también se produce de forma indirecta, a través de moléculas generadas por las bacterias intestinales: «Se absorben y llegan al cerebro a través de la sangre, donde hay receptores específicos. Según cómo esté funcionando la microbiota, se producen unos u otros tipos de moléculas y eso condiciona los pensamientos», argumenta.

¿Por qué es importante para la salud el estado de la microbiota?

«La microbiota es el conjunto de microorganismos, bacterias principalmente, que viven en todo nuestro cuerpo, por dentro y por fuera», explica la autora. La intestinal es la más relevante por su diversidad, cantidad y actividad. Estas bacterias, señala, «nos ayudan a mantener la salud de todo el cuerpo». Así, producen nutrientes tanto para otras bacterias como para la pared intestinal y, además, «influyen en el metabolismo, en los sistemas endocrino, inmunitario, digestivo y nervioso », apunta. «En general, las bacterias son salud para el organismo y desorden, si están funcionando mal», resume.

Cuidar la microbiota y sentirse mejor

Cuando la microbiota está alterada, sus efectos pueden ser muy diversos: desde problemas digestivos hasta trastornos cutáneos o cefaleas. «Si me hago una colonoscopia y me diagnostican una enfermedad de Crohn, eso es una patología orgánica. Pero si tengo diarrea, dolor de barriga, me hago pruebas y están bien, no significa que no pase nada. Es un problema funcional. Ese es el mundo de la microbiota y del eje intestino-cerebro».

«Cuida tu microbiota, ella cuidará de ti», aconseja De la Puerta, quien en la segunda parte del libro explica cómo hacerlo. Será necesario un cambio de hábitos que comience por la alimentación, el descanso y el ejercicio físico, pero también por la adquisición de técnicas de control del estrés y la «higiene mental». Las mejoras que se producirán, asegura, se darán tanto en el plano físico como en el emocional.

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