Detenidos dos patrones de una patera, uno menor, llegados a Mallorca con 22 migrantes que estuvo dos días a la deriva

La embarcación presentaba exceso de peso y solo tenían un chaleco salvavidas equipado con un silbato

Patera donde viajaban 22 migranes, cuyos patrones han sido detenidos.

Patera donde viajaban 22 migranes, cuyos patrones han sido detenidos. / POLICÍA NACIONAL

Lorenzo Marina

Lorenzo Marina

Palma

Una patera llegó a Mallorca hace seis días desde Argelia con 22 migrantes en pésimas condiciones a bordo. Las personas que iban al timón pusieron en riesgo sus vidas, al estar dos días a la deriva de los cuatro días que duró la travesía en una embarcación de apenas seis metros de eslora. La Policía Nacional ha detenido a los dos patrones, un adulto y un menor, por los presuntos delitos de favorecimiento de la inmigración ilegal y pertenencia a grupo criminal. El juez ha dictado prisión provisional para el primero de ellos, el adulto, por este motivo.

Los hechos ocurrieron el pasado 10 de junio. Una patera llegó a las costas mallorquinas, en concreto a la playa de Son Granada de Baix, junto al hotel Delta, en Llucmajor. A bordo de la embarcación viajaban 22 migrantes. De estos 17 eran hombres, cuatro mujeres y un menor. Todos eran somalíes a excepción de dos, procedentes de Sudán del Sur. Como consecuencia de una avería en el motor, estuvieron dos vías a la deriva en el mar.

A raíz de la llegada de esta embarcación con 22 migrantes irregulares a bordo, agentes del Grupo I de la Unidad Contra Redes de Inmigración y Falsedad (UCRIF) de la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional abrieron una investigación para esclarecer sus circunstancias en las que esta se produjo. Las pesquisas condujeron a la detención de un hombre y un adolescente, que patroneaban la patera, por presuntos delitos de favorecimiento de la inmigración irregular y por pertenencia a organización criminal.

Un chaleco salvavidas

La patera iba muy sobrepasada de peso y pusieron en grave peligro la vida de los migrantes que iban a bordo. No llevaban ningún elemento de seguridad, a excepción de un chaleco salvavidas equipado con un pequeño silbato. Tampoco sabían nadar. Solo disponían de un motor y contaban con pocos bidones de gasolina. Para hacer la travesía solo llevaban tres botellas de agua de cinco litros cada una. El único alimento que portaban eran dátiles y azúcar. Una comida a todas luces insuficiente para las 22 personas que viajaban en la embarcación. Los patrones se guiaban con una aplicación de mapas para móvil, que se podía utilizar sin conexión de red.

A los dos días de navegación la climatología se tornó adversa y el mar empeoró. Esto provocó que el único motor de la embarcación se parara. A partir de este momento, perdieron el rumbo. Con el movimiento de la patera, agitada por las olas, se rompieron los bidones de gasolina. Esta les causó quemaduras. La escasa comida quedó completamente morada y les dejó al borde de la inanición. El agua de mar también mojó sus teléfonos móviles y no pudieron llamar al 112.

El adolescente que iba al timón de la patera quedó a disposición de la Fiscalía de Menores. Mientras que el adulto fue llevado ante el juez y este decretó su ingreso en prisión.

L, que

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