Cascada de bajas laborales en es Pinaret por el aumento de la violencia

Los empleados denuncian que se ven obligados a prolongar sus turnos porque no se están cubriendo estas ausencias

Los empleados de es Pinaret han protestado en varias manifestaciones para denunciar la situación interna.

Los empleados de es Pinaret han protestado en varias manifestaciones para denunciar la situación interna. / J.F. Mestre

Palma

El ambiente laboral que se vive en estos momentos en el centro de reclusión de menores delincuentes, es Pinaret, ha alcanzado una situación límite. Y ello debido a las múltiples carencias que sufren los trabajadores que se encargan de la vigilancia y la educación de estos chicos que han entrado en el mundo de la delincuencia en una edad muy temprana. En las últimas semanas, según han señalado fuentes internas, al menos 20 empleados, entre auxiliares y educadores, han solicitado la baja médica porque no pueden soportar ni un minuto más las condiciones laborales y el ambiente de violencia que están sufriendo desde hace meses.

Aunque el mal ambiente es evidente, la empresa que gestiona este servicio público parece que está mirando hacia otro lado para no aceptar la situación, según refieren algunos trabajadores, ya que ni siquiera está cubriendo estas bajas laborales. Como los servicios son fijos y de obligado cumplimiento, ya que los internos han de estar permanentemente vigilados, los trabajadores se ven obligados a alargar su horario ante el grave problema de personal que sufre el centro de reclusión. No hay trabajadores suficientes para cubrir todos los destinos y los horarios, por lo que estos huecos han de ser cubiertos por los empleados a través de doblar turnos o ampliando el horario laboral. 

Fuentes internas han señalado que con estas condiciones actuales es imposible desarrollar los programas educativos que están pensados para menores o adolescentes que ya han cometido algún delito y que viven en un centro de reclusión. Pero es que, además, los propios empleados temen que si se continúa con esta cascada de bajas laborales habrá un momento que no se podrán cubrir todos los destinos, por lo que podría darse la posibilidad de que a determinadas horas estos chicos no dispongan de vigilancia.

Hace ya meses que en es Pinaret no se cumplen los ratios. En circunstancias normales en horario de mañana y tarde cada módulo debería estar cubierto, al menos, por tres trabajadores, entre educadores y auxiliares. Mientras que de noche cada módulo debería contar, como mínimo, con un vigilante, teniendo en cuenta que son muchos los internos que habitualmente muestran una actitud muy violenta, sobre todo con los empleados, ya que pasan la mayor parte del día con ellos y no están acostumbrados a respetar el principio de autoridad de los trabajadores del centro. Los episodios de violencia que se producen, protagonizados siempre por los internos más conflictivos, son constantes, pero lo grave es que ha llegado un momento en que los propios empleados han normalizado estos episodios, como si formaran parte de su trabajo. Es habitual, y así lo han expresado en las últimas manifestaciones que han organizado los trabajadores que se dedican al área de menores, que los internos les amenacen, les dediquen insinuaciones sexuales o les arrojen orina en la cara. Cuando se produce alguna de estas situaciones pocas veces los internos reciben un castigo disciplinario.

Los trabajadores exigen que se cubran las bajas médicas y se amplíen los medios del centro

Fuentes internas han señalado que no solo se ha complicado la relación que se mantiene con los internos, sino también la que tienen entre los propios trabajadores. Los que siguen trabajando están acusando a sus compañeros que han solicitado la baja médica de ser los responsables de que se vean obligados a ampliar el horario o a doblar turnos. Sin embargo, se les está indicando que la baja médica es un derecho laboral y que ninguno de estos trabajadores es responsable de la situación interna que atraviesa en estos momentos es Pinaret. Los empleados lo que consideran necesario es que la empresa busque soluciones urgentes, como por ejemplo contratar a más trabajadores y reconocer el esfuerzo extra que se está haciendo para cubrir los turnos.

Los profesionales que se dedican a esta especialidad de atención al menor llevan meses reivindicando una mejora de las condiciones laborales y económicas. Han exigido que se le pague un plus de peligrosidad, pero todavía no lo han conseguido. Por ello, están preparando nuevas movilizaciones.

Estos trabajadores ya han anunciado que irán repitiendo las protestas mientras no se atiendan sus reivindicaciones, que consideran del todo justas. No tienen la posibilidad de recurrir a una huelga, porque se les impondría unos servicios mínimos que afectarían a la totalidad de la plantilla, ya que los menores no pueden quedar sin atención y sin vigilancia.

Los empleados ya advierten que en estas condiciones laborales que padece es Pinaret es imposible obtener el más mínimo resultado positivo de los programas educativos previstos para estos internos. No hay medios para cumplir los programas, por lo que más del 90 por ciento de los chicos que proceden de es Pinaret, cuando recuperan la libertad, vuelven a cometer delitos. De hecho, se teme que la mayoría de ellos terminará en una cárcel de adultos. 

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