Vecinos en pie de guerra por el nuevo tren Palma-Llucmajor: "Son muchas vidas las que se destrozan"
Son más de ochenta los ciudadanos que se han dado cuenta, hace tan solo una semana, de que el proyecto elegido por la Conselleria de Movilidad "acabará con el trabajo y el hogar de muchas personas"
Aseguran que no han recibido ninguna notificación en la que se les informe de la expropiación y que se han enterado "por casualidad", por lo que no descartan movilizaciones

Redacción Digital

El proyecto aprobado por la Conselleria de Vivienda, Territorio y Movilidad para poner en marcha el tren que unirá Palma con Llucmajor, cuya finalización está prevista para 2032, ha generado una ola de preocupación e indignación entre los vecinos cuyas propiedades se verán afectadas por las expropiaciones necesarias para tal fin. El nuevo trazado, que saldrá del Conservatorio de Palma y tendrá una parada en la Porciúncula, se extenderá por Son Gotleu (a través de un túnel subterráneo), el Coll d'en Rabassa y el aeropuerto de Son Sant Joan, y tendrá un coste de 811 millones de euros.
El nuevo recorrido, que partirá del futuro Distrito de las Artes en Palma y tendrá como nudo intermodal la estación de Son Costa - Son Fortesa, ha sido justificado por la administración como una forma de acercar el tren a más zonas urbanas. Sin embargo, los afectados denuncian que el proyecto elegido "afecta a más parcelas", mientras que las otras opciones barajadas "eran más sencillas" y afean la falta de comunicación, ya que aseguran no haber recibido ninguna notificación al respecto.
Juan Gil fue elegido este domingo -tras la celebración de su primera reunión- portavoz del grupo de afectados, que ronda ya las ochenta personas. Al hablar con este diario, manifiesta, manifiesta el sentir general del colectivo y señala, en primer lugar, que ninguno de ellos está en contra del tren. "En absoluto. Creemos que es progreso, que va a acercar el turismo y a los ciudadanos, y que facilitará los traslados de la gente que trabaja en Palma desde Llucmajor. Es una alternativa muy interesante y muy necesaria".
No estamos en contra del tren. Creemos que es progreso, que va a acercar el turismo y a los ciudadanos, y que facilitará los traslados de la gente que trabaja en Palma desde Llucmajor. Es una alternativa muy interesante y muy necesaria
La principal crítica de los vecinos se centra en la falta de comunicación por parte de la administración. Gil subraya la dificultad para las personas mayores de informarse sobre un proyecto de tal envergadura. "No hemos recibido ni una notificación directa. ¿Cómo se va a enterar esta gente?", cuestiona mientras lamenta que se hayan enterado del proyecto hace apenas una semana. "Pedimos a la Administración que en estos trámites tan sensibles se informe directamente a los afectados", añade.
Las consecuencias
La compensación económica ofrecida por las expropiaciones, de unos 10 euros por metro cuadrado, según detalla GIl, es considerada "insuficiente" por los afectados. Su portavoz explica que parcelas de 15.000 metros cuadrados, por ejemplo, serían indemnizadas con 150.000 euros, un monto que "no compensa" y con el que "hoy en día no compras nada".
A ello -argumenta este vecino- se suma la problemática de las expropiaciones parciales, que -dice- "dividen las propiedades por la mitad", dejando a los dueños con "terrenos inutilizables y accesos complicados". Para ilustrar el drama por el que temen pasar estos vecinos, Juan Gil comparte la historia de muchos de ellos con este diario.
Así, relata la historia de Samuel, un agricultor y cultivador de semillas de un vivero de Llucmajor que da empleo a 45 jóvenes -hasta sesenta en verano, matiza Gil-, y que verá su parcela dividida en dos. Esto no solo afectará a su capacidad para emplear a sus trabajadores, sino que también complicará el acceso a sus parcelas, "teniendo en cuenta lo maltratado que está el campo mallorquín", añade y lamenta el portavoz.
También explica la situación de Toni, vecino directo de Gil. Él se dedica al cultivo de albaricoques y -según apunta -cinco de sus fincas se verán afectadas. "Las parcelas quedarán metidas por dentro, impidiendo el acceso y arruinando su negocio", especifica.
El caso de Martina es especialmente "desgarrador", opina el portavoz. Tras ocho años de esfuerzo para reunificar parcelas abandonadas y construir una casa con todos los permisos, "a dos meses de su inauguración, le informan de que el tren pasará por encima de su vivienda", cuenta un indignado Gil, quien también menciona a José Antonio. Este afectado tenía proyectado un olivar para vivir del aceite en un terreno sin utilizar, un aprovechamiento que Gil califica de "espectacular" y que se verá truncado por la expropiación.

Juan Gil y José Antonio en uno de los terrenos que se verá afectado por las expropiaciones. / B. Ramon
Un trazado cuestionable y "sin sentido"
Los vecinos denuncian que la Administración ha cambiado el trayecto inicial recomendado por los técnicos, justificando la modificación con el argumento de afectar a un menor número de parcelas, una afirmación que Juan Gil refuta con rotundidad. "En solo un fin de semana ya hemos entrado en contacto ochenta afectados y sin ponernos a buscar", señala, evidenciando la magnitud del problema.
El portavoz compara el nuevo trazado con una alternativa anterior, que planeaba un tramo que salía de Llucmajor y enlazaba con la MA-19, la carretera a Llucmajor a Campos. Esta opción, según Gil, utilizaba una estructura ya creada, afectaba poco en los alrededores, era más corta y afectaba a menos vecinos.
El nuevo trazado, en cambio, "describe una curva, pasa por un montón de parcelas para luego subir y engancharse", cruzando carreteras dos veces, lo que para los vecinos "no tiene mucho sentido" y además -especifica el portavoz- "encierra un corredor de cinco kilómetros cuadrados entre la vía del tren y la carretera de Campos, que afecta a la fauna local".
Los afectados también desmienten que se esté recuperando el antiguo recorrido del tren de Llucmajor a Santanyí. "No es verdad, el antiguo trazado pasa por otro sitio", aclara Gil. Y aunque lo fuera -considera- "no sería una buena idea", ya que, como compara el portavoz, "es como si dijéramos ahora de recuperar las calzadas romanas, que podrían llevarse por delante infraestructuras actuales".
El portavoz critica duramente la incongruencia de la Administración al decir que "en un territorio rústico donde no puedes hacer construcciones porque es ilegal, resulta que hay una opción mucho mejor, la desestiman y prefieren meter el tren por aquí, que esto sí que altera el espacio natural".
Alegaciones y posibles movilizaciones
Ante esta situación, los afectados se han puesto manos a la obra y se encuentran en estos momentos articulando una estrategia en varios frentes. En primer lugar, preparan una alegación, para lo cual están elaborando diferentes informes técnicos y todo ello contando con el asesoramiento de abogados especializados, ya que -indica Gil- "las alegaciones no pueden ser me molesta' que el tren pase por mi casa. Tenemos que argumentar desde los niveles técnico, ambiental y social".
También buscan dar voz a su situación a través de los medios de comunicación y tienen previsto reunirse con la Conselleria para pedir explicaciones por el cambio de trazado.
Además, no descartan movilizaciones si la situación no mejora, ya que, como afirma Gil, "los terrenos quedan partidos por la mitad, son muchas vidas las que se destrozan".
El plazo para presentar alegaciones finaliza el 20 de junio, y aunque reconocen que todavía tienen tiempo para preparar bien su alegación, aseguran que no pararán ni un segundo de trabajar en ello.
La indignación y la impotencia son patentes entre los vecinos, que insisten en que existían "otras opciones que ya estaban proyectadas y que eran mucho más sencillas".

La mayoría de las parcelas afectadas están dedicadas a diferentes cultivos. / B. Ramon
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