Así era la Catedral de Mallorca en 1860: archivo inédito de dos turistas de la época

La cuenta @fotosantiguasdemallorca_fam recupera una imagen tomada por dos fotógrafos franceses hace más de 160 años

Imagen de archivo de la Catedral de Mallorca.

Imagen de archivo de la Catedral de Mallorca. / Josep Lluís Pol

Palma

Una imagen centenaria de la Seu de Palma ha emocionado a los amantes de la historia en Instagram. La cuenta @fotosantiguasdemallorca_fam ha compartido una fotografía tomada en 1860 por los fotógrafos franceses Charles Leballeur y Edouard Auzou durante un viaje que, más que turístico, fue toda una odisea. La publicación, que ya suma más de 500 'me gusta', ha provocado reacciones con comentarios como “Qué pasada” o “Aniria a fer una volta”.

Una aventura en el siglo XIX

Viajar en 1860 no era una experiencia sencilla, según relata el autor o autora de la publicación. Llegar a Mallorca en aquella época significaba enfrentarse a trayectos largos y complicados, hospedajes básicos —la mayoría eran posadas— y una logística que hoy consideramos impensable. Pese a todo, Leballeur y Auzou se embarcaron en esta expedición y no pudieron resistirse a capturar la imponente imagen de la Seu, realizando una copia sobre papel albuminado, una técnica fotográfica pionera en su tiempo.

La publicación ha despertado el entusiasmo de muchos mallorquines y curiosos que se han volcado en los comentarios. La imagen, que muestra la catedral sin el entorno urbanístico actual, invita a imaginar cómo era Palma antes del turismo de masas y de la transformación urbana del siglo XX. Algunos usuarios expresan su deseo de “pasear por esa ciudad” y otros agradecen la difusión de este tipo de contenido histórico que ayuda a redescubrir la isla con otros ojos.

La historia que perdura

Esta imagen, más que una curiosidad visual, es testimonio de una Mallorca que existía antes de las cámaras digitales, del boom turístico y de la globalización. Gracias al trabajo de cuentas como @fotosantiguasdemallorca_fam, cada fotografía antigua se convierte en una pequeña máquina del tiempo que permite revivir —aunque sea por un instante— el espíritu de una isla que sigue fascinando, ahora también desde el pasado.

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