FAPA Mallorca sobre las escuelas de verano: "La falta de plazas y el precio son las principales barreras de la conciliación"

Miquel Àngel Guerrero pide facilitar la tarea a las asociaciones de familias, que "cubren un vacío de la administración", con convocatorias más sencillas y publicadas en tiempo

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Palma

Miquel Àngel Guerrero, portavoz de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (FAPA), ha denunciado las dificultades que encuentran las familias y las asociaciones de padres para acceder a las subvenciones destinadas a actividades como las escuelas de verano. Según Guerrero, estas ayudas “llegan tarde” y son “muy complejas” de tramitar, lo que limita seriamente su utilidad.

Para el portavoz de la FAPA, la conciliación familiar se enfrenta a dos grandes barreras: “La falta de plazas y el precio”. En el caso de las escuelas de verano, Guerrero ha lamentado que el retraso en la publicación de la convocatoria de ayudas por parte de la conselleria de Familias y Asuntos Sociales provoca que muchas asociaciones de familias (AFAs) e incluso ayuntamientos han dejado de organizar escuelas de verano porque resulta demasiado complicado hacerlo con recursos tan limitados: “Si dificultamos que las organizaciones sociales de carácter voluntario puedan ofrecer estas actividades, o bien no habrá escuelas de verano, o no habrá ayudas”.

Guerrero recuerda que las asociaciones de madres y padres solo organizan escuelas de verano “cuando el ayuntamiento no lo hace, cubriendo un vacío que la administración no atiende” y por ello reivindica que al menos se facilite su tarea: "Ya el año pasado advertimos que era una subvención muy complicada: se exige que las asociaciones cumplan requisitos técnicos y justifiquen gastos con mucho detalle", lamenta. "Pero no solo es un problema de plazos, sino de capacidad real para anticipar unos gastos tan importantes”, ha explicado. También ha recordado que el año anterior se habilitaron dos convocatorias (una para Navidad y otra para Pascua y verano), lo que hace que las asociaciones se vean obligadas a adelantar fondos durante períodos muy largos, lo que “dificulta mucho” su participación.

Guerrero ha señalado que solo unas pocas AFAs (Asociaciones de Familias de Alumnos) grandes, como las de Son Ferriol o Pere Rosselló, pudieron acceder a las ayudas. “Es muy complicado para las entidades pequeñas", insiste. Recuerda además se exige gestionar documentación "sensible" como declaraciones de la renta o condiciones familiares, particulares (como ser víctima de violencia de género), una "información que una AFA no debería manejar, porque no es su función”, ha añadido, apelando así a la colaboración municipal.

Finalmente, lamenta que la nueva ley de conciliación se haya diseñado sin contar con las familias. “Es una ley pensada desde una óptica empresarial y laboral, pero no desde las necesidades reales de las familias. Podría haber sido una herramienta útil para organizar todas estas actividades extraescolares, pero no lo ha sido y no se ha querido escuchar nuestra voz”, ha criticdo.

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