Cronología de la liquidación de la miniserie 'Norats' de IB3: del 'OK' de Salas al "no gusta" de Codony
Toni Bestard, codirector de la producción, participó en una mesa redonda organizada por el STEI junto a Mateu Morro, autor del libro Els Norats (1936-1949)' y Maria Antònia Oliver, presidenta de Memòria Històrica de Mallorca
Bestard afirmó que “hay material para más temporadas, pero con esta dirección, habría que esperar un par de años”

Maria Antònia Oliver, Toni Bestar y Mateu Morro durante la mesa redonda celebrada en la sede del STEI en Palma. / Manu Mielniezuk

La miniserie 'Norats', que recrea la odisea de Honorat y Jaume Trias escondidos 13 años en la Serra de Tramuntana para escapar de la represión franquista, se convirtió en un símbolo de la memoria histórica y la controversia en Baleares. Su emisión en IB3, marcada por un final precipitado impulsado por el nuevo director del ente, Josep Codony, desató una reacción social que la catapultó al récord de audiencia histórica de la cadena, con un 11,6% de cuota y 28.000 espectadores. En una mesa redonda organizada ayer por el STEI Intersindical en Palma, el codirector Toni Bestard, el autor del libro 'Els Norats' Mateu Morro y la presidenta de Memòria Històrica de Mallorca, Maria Antònia Oliver, reflexionaron sobre el impacto de esta historia y las tensiones que rodearon su emisión.
Génesis y calvario de 'Norats'
Toni Bestard, codirector de 'Norats' junto a Ferran Bex, desgranó en la mesa redonda el arduo proceso de creación de la serie y los eventos que culminaron en su polémico final. Todo comenzó en Bunyola, su pueblo natal, donde los Norats eran una leyenda local: “Mi madre me contaba que mi abuela la asustaba diciendo que ‘vendrían els Norats’ si no se iba a dormir. Eran como fantasmas, un mito que flotaba en el pueblo”. Esta conexión personal le llevó a interesarse por la historia de Honorat y Jaume, narrada en el libro de Mateu Morro. “Contacté con Mateu, nos reunimos en Santa Maria en 2021, y empecé a estudiar cómo hilvanar este tema para una película”, relató.
A mediados de 2022, un encuentro fortuito con Ferran Bex en un bar cambió el rumbo del proyecto. “Estábamos tomando un café, hablando de proyectos, y Ferran me dijo que también preparaba una película sobre los Norats. Su familia es de Valldemossa y conocía la historia de cerca”, explicó Bestard. En lugar de competir, decidieron colaborar: “Dijimos, ‘no nos hagamos competencia, juntémonos y tiremos esto adelante’”. La idea evolucionó de una película a una miniserie de seis capítulos, aprovechando el auge de las series y la riqueza de la historia. “Vimos que había tanta narrativa que una serie era el formato ideal”, afirmó.
En otoño de 2022, presentaron el proyecto a la productora CEF Produccions, que lo llevó a IB3, entonces bajo un gobierno balear de perfil progresista. “Les gustó mucho, pero una serie ambientada en la Guerra Civil de 1936 es cara: vestuario, localizaciones, recreación histórica…”, señaló Bestard. Para viabilizarla, buscaron financiación adicional, contactando con una productora valenciana para una coproducción relacionada con su televición pública, À Punt. Todo avanzaba bien hasta julio de 2023, cuando las elecciones autonómicas trajeron un cambio de gobierno, desde entonces liderado por PP y Vox. “El acuerdo con Valencia se cayó -Vox se quedó con Cultura- y en IB3 hubo un vacío de dirección. No nombraron a un nuevo director hasta octubre o noviembre, con un provisional que no decidía”, recordó.
En ese contexto de incertidumbre, Bestard y Bex tomaron una decisión arriesgada: “Dijimos, ‘no podemos hacer seis capítulos con el presupuesto de IB3’. Todo el verano de 2023 lo pasamos replanteando el proyecto”. Finalmente, en septiembre, propusieron reducir la serie a cuatro episodios de 40 minutos, en lugar de los 55 minutos iniciales. “Fue un ajuste drástico, pero el director provisional lo aprobó, y eso nos salvó”, afirmó. Entre noviembre y diciembre de 2023, rodaron la serie en condiciones extremas: “Fue una locura. Rodar en la montaña, con vestuario de época, fue carísimo y logísticamente brutal, pero lo conseguimos gracias a años de experiencia”.
En diciembre de 2024, con Albert Salas como nuevo director de IB3, la cadena dio luz verde a la emisión. “Salas nos dijo: ‘Tranquilos, nos importan las series, tenemos poco material de ficción local’”, relató Bestard. Sin embargo, las tensiones políticas emergieron. Ya en abril de 2024, durante una sesión de control en el Parlament, Vox cuestionó si “era necesario que los ciudadanos pagaran” por 'Norats', sembrando dudas sobre su continuidad. Además, la posproducción se alargó hasta principios de 2025.
La serie se estrenó el 30 de marzo de 2025, con una audiencia inicial baja. “IB3 nos dijo al día siguiente que no pasaba nada, que quizás los audímetros habían fallado”, comentó Bestard. El segundo capítulo, emitido el 6 de abril, alcanzó la audiencia media habitual de la cadena. Pero entre el lunes y el martes siguiente, todo cambió. Albert Salas dimitió, y Josep Codony, respaldado por el nuevo gobierno, asumió la dirección. “Codony envió un comunicado a la productora diciendo que la serie ‘no gustaba’ y que emitirían los dos capítulos restantes juntos el domingo 13, sin promoción”, denunció Bestard. “Interpretamos que querían liquidarla, sacársela de encima porque molestaba políticamente”.
Lejos de desaparecer, la decisión de Codony provocó una reacción en cadena. La noticia del final abrupto se viralizó en redes sociales, generando indignación y un interés masivo por 'Norats'. El 13 de abril, los capítulos finales lograron un récord histórico para IB3. “Una televisión pública debe contar historias como esta, es un servicio público”, defendió Bestard, quien añadió: “Hay material para más temporadas, pero con esta dirección, habría que esperar un par de años”. La maniobra, lejos de enterrar la serie, la convirtió en un símbolo de resistencia cultural.
Solidaridad en la sombra
Mateu Morro, autor de 'Els Norats (1936-1949)', relató durante su intervención la historia de Honorat Trias, Norat, un trabajador de Santa Maria que transportaba leña y piedra: “Era del Partido Comunista, pero no violento”. Su hijo Jaume, de las Juventudes Socialistas, le ayudaba. En julio de 1936, tras presenciar bombardeos en Palma, Honorat huyó al ver falangistas en su casa: “Se fueron al pinar con lo puesto, pasando hambre”. La solidaridad de vecinos fue clave: “Sin esa ayuda, nadie aguanta 13 años en la montaña”, afirmó Morro.
Los Norats se movieron entre Santa Maria, Bunyola y Calvià, armados y alerta, esperando un cambio político que no llegó. En 1949, huyeron a Argelia en una barca desde el Arenal. “Jaume fue picapedrero, se casó con una ibicenca y abrieron un colmado en Ibiza”, contó. Años después, un falangista que los persiguió les pidió perdón tras encontrarse en un bar de Palma. “Esta historia desmiente que Mallorca fuera solo conservadora; la gente humilde ayudaba, y algunos pagaron con su vida”, subrayó Morro, alabando la serie como “una enorme contribución” para visibilizar una historia silenciada.
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