Miles de personas dicen "Sí a la llengua!," y claman contra los "discursos de odio de la extrema derecha contra el catalán"

La Plaça Nova de Santa Maria se llena por la Diada per la Llengua en una jornada para reivindicar la lengua contra las políticas del Govern de Prohens y Vox

«Presidenta Prohens, por la dignidad del pueblo, no utilices la lengua como moneda de cambio»

Pere Morell

Pere Morell

Palma

Bajo el lema Ja n'hi ha prou, Sí a la llengua!, miles de personas han llenado la Plaça Nova de Santa Maria en defensa del catalán. La festiva jornada, llena de Ball de Bot, gigantes y xeremiers, ha reivindicado la lengua contra las políticas del Govern de Prohens y Vox: «Presidenta Prohens, por la dignidad del pueblo, no utilices la lengua como moneda de cambio».

La part forana cogió el testigo de la Plaça Major un año después de la masiva concentración que reunió a decenas de miles de personas. Cuestiones como el plan de segregación en las aulas o la eliminación del catalán como requisito para la sanidad centraron gran parte de los discursos en una jornada organizada por la OCB y Joves per la Llengua que sirvió como un aviso para la líder popular en el apartado lingüístico, a la cual le han reclamado que rompa definitivamente contra la extrema derecha y «los discursos de odio que esparce contra el catalán».

La Diada arrancó con una ballada popular a las 16:30 con Ramellets, un grupo de polifonía y variedad instrumental con experiencia en decenas de bailes por Mallorca. Diversos grupos fueron sucediéndose mientras que la Plaça Nova se iba llenando cada vez más de gente.

Tras tres horas de un ball de bot inmenso y partido, empezaron los discursos reivindicativos a favor de la lengua catalana.

«Basta hablar catalán para que alguien sea mallorquín, necesitamos mejores políticas de integración», explicó el portavoz de Joves per la Llengua, Josep Buades, el cual también reclamó un futuro donde el catalán sea «la normalidad en Mallorca».

El presidente de la OBC, Antoni Llabrés, pegó varios capotes a la presidenta del Govern, a la cual le exigió que abandonara «la confrontación lingüística» y que rompiera con la extrema derecha: «Presidenta Prohens, por la dignidad del pueblo, no utilices la lengua como moneda de cambio».

«Tenemos derecho a vivir en catalán», explicó Llabrés, el cual reivindicó la Diada per la Llengua como un acto de amor hacia la lengua propia: «Solo reclamamos los mismos derechos que los hablantes de cualquier otra lengua, ni más ni menos».

El discurso concluyó con toda la Plaça cantando al unísono el himno de Mallorca: La Balanguera.

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