El tribunal califica de "nefasta" la gestión de Sa Nostra, pero absuelve a los ejecutivos porque no se beneficiaron de los préstamos
La Audiencia Nacional absuelve, por segunda vez, a la antigua cúpula de la caja de ahorros, que fue acusada de apropiación indebida

El juicio contra los directivos de Sa Nostra se celebró en la Audiencia Nacional
Fue “una gestión nefasta”, pero no delictiva. La antigua cúpula de la desaparecida Sa Nostra ha vuelto a ser absuelta, por segunda vez, por la Audiencia Nacional, que si bien critica con dureza las decisiones que adoptaron estos ejecutivos, que llevaron a la entidad a su desaparición, interpretan que ninguno de ellos tuvo un beneficio económico personal. Por tanto, no cometieron ni el delito de apropiación indebida, ni tampoco el de administración desleal.
Esta sentencia absuelve a los antiguos ejecutivos Rafel Oliver. Pau Dols, Pere Batle, Ferado Alzamora y Antoni Cantallops, así como a los directivos de la constructora Sotohermoso, Adolfo Sánchez y Francisco Morales. Todos ellos han sido declarados inocentes y por tanto han evitado el ingreso en prisión, tal como reclamaba la fiscalía y la abogacía del Estado, que además pedía que abonaran con su patrimonio 36 millones de euros, que es la cifra en la que se valoró las pérdidas que sufrió la histórica, pero ya desaparecida, Caja de Ahorros de Baleares.
Este segundo proceso que ha resuelto la Audiencia Nacional se refiere a las operaciones de financiación que Sa Nostra mantuvo con Sotohermoso, una constructora andaluza que tenía proyectos de construcción por varias provincias españolas, que se vio afectada, como todo el sector del ladrillo, en la crisis económica del año 2010.
Los directivos bancarios fueron acusados por la fiscalía y la Abogacía de ir inyectando créditos a esta constructora en plena crisis económica, cuando el mercado estaba prácticamente muerto, sin tener en cuenta los riesgos y, sobre todo, por la mínima capacidad que tenían los beneficiarios de estos préstamos para ir devolviendo el dinero.
Los ejecutivos de Sa Nostra, en plena crisis económica, decidieron convertir estos préstamos en participadas. Es decir, el banco entraba a formar parte de las distintas empresas que controlaba Sotohermoso, a la vez que iba renovando los créditos y en algún caso incluso ampliándolos. La excusa que señalaron los acusados es que de esta forma pretendían evitar que la constructora entrara en concurso, es decir, quebrara, lo que supondría la pérdida del capital prestado, además de una pésima reputación para la histórica entidad bancaria de Baleares.
La sentencia va detallando todas las operaciones económicas que se realizaron para financiar a Sotohermoso, que se fueron aprobando desde el 2006 hasta el 2010, pero el tribunal reconoce que los ejecutivos acusados contaban con el informe favorable del llamado comité de dirección de Sa Nostra y con el comité de inversiones. Los jueces, a pesar de dicha aprobación, cuestionan que se aprobaran estas operaciones. “Todos los préstamos concedidos carecían de garantía suficiente, más allá de la personal, ni existía informe de la capacidad patrimonial de ninguno de los socios”.
El tribunal cuestiona el planteamiento que realizaron las acusaciones para imputar un doble delito a los acusados. Fueron acusados de un delito de administración desleal o alternativamente otro de apropiación indebida. Los jueces consideran que el primero, si se hubiera producido, estaría prescrito, mientras que no aprecian ninguna apropiación indebida porque ninguno de los ejecutivos de sa Nostra tuvo un beneficio personal con estas operaciones de crédito, con independencia de que finalmente se perdiera el dinero. Además, también han querido resaltar los jueces que la entidad BMN, que absorbió a sa Nostra a partir del año 2011, continuó apoyando económicamente los proyectos de Sotohermoso.
“La totalidad de financiación obtenido por Sotohermoso de sa Nostra e Invernostra tenía como objetivo el desarrollo de los proyectos inmobiliario”, señala el tribunal, que considera que no se aprecia ningún indicio de que el dinero prestado fuera desviado a otros fines distintos a financiar los proyectos de la constructora. Es decir, se adoptaron decisiones equivocadas, con graves consecuencias para sa Nostra, pero sin ninguna intención de perjudicar a la caja de ahorros. Además, el tribunal también resalta que cuando los directivos entraron a formar parte de la sociedad constructora, tampoco “tenían poder de decisión de la sociedad, ni la realización material de funciones”.
Los jueces concluyen también que no existía ninguna relación especial, más allá de la profesional, entre los ejecutivos de Sa Nostra y los directivos de la constructora andaluza. “No existe ninguna circunstancia relacionada con la concesión de financiación, préstamos y creditos que suponga una connivencia entre los acusados pertenecientes a la entidad financiera y a los socios de Sotohermoso, que favoreciera la distracción de los préstamos”, señala la sentencia.
Y aunque los jueces no han apreciado delito, en su sentencia sí se critica con dureza las decisiones que tomaron para financiar estas operaciones de crédito. “La no devolución de los préstamos recibidos comporta un incumplimiento de una obligación contractual, pero en ningún caso puede determinar un delito de apropiación indebida”.
Para explicar la absolución de los directivos de Sa Nostra la sentencia aclara que “no ha quedado acreditada disposición legítima de dinero alguna, que se haya convertido en ilegítima a consecuencia de la apropiación o distracción del mismo, ni ha quedado acreditado ánimo de lucro de los acusados. Por todo lo expuesto se concluye que la hipótesis de la comisión de un delito de apropiación indebida continuada no resulta probada”, señala la sentencia.
A pesar de que no se desvió dinero, el tribunal es muy duro con la actuación de los antiguos de Sa Nostra, por cuanto con estas operaciones de financiación, en plena crisis económicas, se alejaban mucho del manual de política de riesgos, que obliga a adoptar una serie de medidas de seguridad para garantizar la recuperación del dinero. Este manual fue incumplido, no solo por los ejecutivos, sino por los comités de riesgos de sa Nostra, que fueron los que finalmente aprobaron todas las operaciones para financiar los proyectos de Sotohermoso. Y en este sentido, se señala que estas operaciones fueron secundadas a pesar de que se conocía, a través de los análisis de riesgo, existía “una nula capacidad” para garantizar estos préstamos. Sin embargo, los ejecutivos estaban convencidos de que la única forma de salvar el dinero era continuar financiando las operaciones de Sotohermoso, a través de la entrada y control de la sociedad.
Los directivos, gracias a esta absolución, podrán recuperar el control de su patrimonio, que fue embargado por la Audiencia Nacional.
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