Taltavull resalta la labor a favor de los pobres que realizó el Papa Francisco en la misa que recordó su figura

 La comunidad católica de Mallorca ha querido esta tarde rendir el último homenaje al Papa Francisco, fallecido la semana pasada, con una asistencia masiva a la misa que se ha celebrado en la catedral de Palma, presidida por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull. Una ceremonia concelebrada, con la presencia de 83 sacerdotes de Mallorca, que ha contado con la presencia de las primeras autoridades políticas, civiles y militares de la isla, encabezadas por la presidenta del Govern, Marga Prohens. Además, también han asistido los representantes de las iglesias ortodoxas de Serbia y Rumanía, de la iglesia Anglicana y de la comunidad judía de Mallorca.

Unas 1.200 personas, aproximadamente, han asistido a esta ceremonia, que han ocupado la totalidad de los asientos de la catedral. Con su asistencia a esta ceremonia religiosa especial los fieles católicos han querido estar presentes en el último homenaje que se celebrará en honor del fallecido sumo pontífice.

El obispo de Mallorca ha iniciado su homilía recordando el mensaje que el Papa Francisco mencionó en su última intervención pública, que fue en la celebración de la Pascua, un día antes de su muerte. “Con una voz muy débil nos deseó una buena Pascua a todos”, a la vez que con su “mano temblorosa nos impartía la bendición”.

Para Taltavull, este mensaje del Papa conectaba con las palabras de San Pedro, cuando anunció la resurrección de Jesús. “Ahora veo de verdad que Dios no hace distinción entre las personas, sino que complace a los que creen en él y actúan con rectitud en cualquier país en el que estén”. Para el obispo, este mensaje representa el anuncio de que la Iglesia debe estar abierta para acoger a todos los fieles y abrazar a la humanidad, sin distinciones, haciendo posible la fraternidad y la amistad social.

En su homilía el obispo ha querido recordar la trayectoria de este último Papa, que “tan acertadamente escogió el nombre de Francisco”, con la clara intención de que nunca iba a olvidarse de ayudar a los más pobres. Un nombre que se inspiró, según recordó, en la figura de San Francisco de Asis, que dedicó su vida a ayudar a los más pobres y desamparados.

El obispo insistió en la implicación que tuvo desde el primer momento en la trasformación de la sociedad, creando una iglesia más próxima a los ciudadanos. Aseguró también que el Papa predicó su mensaje con “palabras muy claras y enternecedoras”, a la vez que mostró “gestos valientes y muy significativos”.

“Paz en el mundo y fraternidad entre los pueblos”, son los mensajes que quiso transmitir el fallecido pontífice durante el periodo que dirigió la Iglesia. “Todos hemos podido contemplar de qué forma el Papa ha dirigido su ministerio apostólico a lo largo de estos años, con un estilo propio, centrándolo siempre en Jesús y en el Evangelio, haciéndolo asequible a cualquier situación en la que se encontraba, desde las personas con las más altas responsabilidades, a las más pobres”. Este trabajo, según Taltavull, ha demostrado que el objetivo del Papa Francisco fue demostrar que la Iglesia “es la casa de todos, un lugar con las puertas abiertas. Una Iglesia cercana a la gente, capaz de entender a cada persona en su situación, credo o condición”, incidió.

Recordó el valiente viaje que realizó el Papa al trasladarse a la isla de Lampedusa, para vivir de cerca el drama que representa la llegada de miles de migrantes. “Hizo una llamamiento a toda Europa para que todos los países se hicieron cargo de lo que estaba pasando”.

Taltavull, en la última parte de la homilía, insistió en el legado que ha dejado el fallecido Papa, sobre todo en cuanto a la organización de la Iglesia al servicio de la evangelización y en la reforma de las estructuras internas. Y recordó la petición que siempre hacia tras mantener un encuentro con él. “No os olvidéis de rezar por mí”, señaló el obispo de Mallorca. “Estimado Papa Francisco, ahora te pedimos que reces por nosotros y desde el cielo bendigas nuestra Iglesia, nuestra isla y nuestra ciudad. Que bendigas también el mundo entero, como lo hiciste el día de Pascua, en un último abrazo a todo el pueblo de Dios”, finalizó el obispo.