El gran apagón del 2003: cuando Mallorca se quedó a oscuras durante seis horas

Una sobrecarga en la red de transportes provocó el caos en plena temporada turística en un día donde muchos comercios cerraron y los dispositivos de emergencia se vieron desbordados por las incidencias

"Hemos dado una imagen tercermundista", aseguraron los empresarios turísticos

El tren de Sóller quedó atrapado dentro de un túnel por el apagón eléctrico.

El tren de Sóller quedó atrapado dentro de un túnel por el apagón eléctrico. / Joan Mora

Pere Morell

Pere Morell

Palma

Un 22 de julio del 2003 Mallorca se adentró en las tinieblas más negras en plena temporada turística. Un gran apagón eléctrico provocado por una sobrecarga en la red de transportes puso a la isla en negro durante seis horas. El fallo dejó fuera de servicio a los semáforos, lo que en el centro de Palma causo el caos. Muchos comercios cerraron, miles de residentes y turistas sufrieron molestias y los dispositivos de emergencia se vieron desbordados por las incidencias, en un suceso que volvió a demostrar las carencias energéticas que sufría Mallorca durante las olas de calor y que causó perdidas de "millones de euros" según los empresarios.

La compañía Gesa registró un apagón total. A las 17:50 horas una avería privó de suministro eléctrico a sus 330.000 abonados de Mallorca y las 12 y media de la noche todavía había pueblos que no habían recuperado la luz. Un fallo técnico en la red de transporte inutilizó todo el sistema de producción. La frecuencia del sistema se desestabilizó y el mecanismo de protección levantó las líneas para evitar daños en las instalaciones. Apenas cinco horas antes, fuentes de Gesa habían calificado de "insostenible", el crecimiento de la demanda.

El restablecimiento del suministro empezó por Palma, donde a las 19:20 horas el 50% del mercado había recuperado la luz. A las 20:00 horas, el 95% de los clientes disponía de fluido y a las nueve de la noche la situación había sido normalizada casi por completo, a excepción de algunas barriadas como Son Sardina y Génova.

Sin embargo, a esa misma hora el panorama en el resto de la isla era notablemente peor. Solo el 5% de los usuarios recibía servicio y ningún municipio estaba atendido al cien por cien. Algunos como Calvià, Andratx y Valldemossa tuvieron que esperar hasta pasadas las doce de la noche.

"Imagen tercermundista"

"Hemos dado una imagen tercermundista", fueron las palabras del que en esos tiempos era el presidente de la federación hotelera, Pedro Cañellas. El apagón sucedió en pleno verano y el sector turístico sufrió múltiples perdidas por el suceso. Entre los sectores más afectados estaba la restauración, el comercio y las industrias en las que sus materias primas debían mantenerse congeladas. Las heladerías perdieron parte de su género por el calor.

Asimismo, la imagen la dio el tren de Sóller, el cual quedo atrapado dentro de un túnel al paralizarse completamente sus instalaciones. Las máquinas quedaron bloqueadas y una de ellas quedó parcialmente en el interior de uno de los trece túneles de la línea férrea.

"Lo que da mala imagen ante el turismo son estos apagones, no la ecotasa", sentenció el expresidente Francesc Antich, el cual acusó al Gobierno central de haber bloqueado inversiones fundamentales para las islas

Apagón 1997

Sin embargo, el apagón del 2003 no fue el más grande en Mallorca. El 22 de agosto de 1997 un rayo provocó el apagón más largo de la historia de la isla que se prolongó durante más de seis horas y que causó pérdidas millonarias. Gesa reconoció fallos en los sistemas de protección y en sus grupos de emergencia. Había turistas con velas, mercancía fresca tirada a la basura y multitud de comercios obligados a cerrar sus puertas

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