Incertidumbre total con el futuro de esta playa de Baleares: "Es raro..."

Un valla de madera mantendrá sellada sa Caleta hasta nuevo aviso

Playa de es Bol Nou cerrada por peligro de desprendimientos.

Playa de es Bol Nou cerrada por peligro de desprendimientos. / Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Palma

La playa de es Bol Nou, en Ibiza, conocida popularmente como sa Caleta, ya está oficialmente clausurada hasta nuevo aviso. El informe de Demarcación de Costas en Baleares, organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, advertía del serio peligro que corrían los visitantes por riesgo de desprendimientos.

Siguiendo este aviso oficial, el Ayuntamiento de Sant Josep ejecutó el sábado el cierre del arenal, que comenzó a las siete de la mañana. Por el momento, no se tiene ninguna información de cuándo se producirá la reapertura.

A esa hora tan madrugadora comenzaron a trabajar los dos operarios de la empresa Prontxio, encargada de levantar un vallado de madera que impida el acceso a la playa, aunque la instalación cuenta con una puerta en medio para que los técnicos puedan entrar a valorar el estado de la playa cuando así lo deseen.

Hasta el lugar se desplazó el inspector de playas del Consistorio, así como dos agentes de la Policía Local que no hizo falta que desalojaran a nadie debido a la pronta activación del operativo.

Sin embargo, la valla instalada tiene un efecto disuasorio más que efectivo, ya que tanto por su escasa altura como por la elevación del terreno en sus extremos laterales, a priori no parece complicado salvarla como obstáculo.

En cualquier caso, quien cometa esa temeridad ya sabe, también por las numerosas señales instaladas sobre el terreno, que se expone no solo al mencionado peligro de desprendimiento de las rocas, sino a una multa por saltarse una prohibición municipal.

Varios avisos

Precisamente, uno de los operarios que trabajaba en la construcción y la colocación de la empalizada desde la primera hora de la mañana se mostraba de acuerdo en que la medida era muy necesaria.

En este sentido, explicaba a Diario de Ibiza que en años anteriores ya había trabajado en la instalación de los pequeños troncos de madera que prohibían el acceso a las pequeñas zonas de sombra que se generan bajo el acantilado arenoso. «No había año en que no nos cayera alguna piedra encima debido a la vibración del taladro», comentaba.

Desde hace tiempo se vienen produciendo desprendimientos de arenas y piedras en es Bol Nou, la mayoría menores, pero en septiembre de 2019 se produjo uno mucho mayor que hizo encender las alarmas, ya que se produjo el deslave de una cornisa entera que se llevó incluso la silla del socorrista, aunque no se produjeron daños personales.

Por ello, hace años que se instalaron varias señales advirtiendo del peligro que supone tumbarse a tomar el sol o dejar las pertenencias bajo el acantilado, aunque muchas veces los bañistas se saltaban la prohibición en busca de la sombra.

Los visitantes que el sábado se acercaron hasta la zona comprobaron con sorpresa el cierre de la playa. La mayoría optó por aprovechar el viaje y acercarse hasta el Centro de Interpretación del yacimiento fenicio de sa Caleta, que abrió sus puertas la semana pasada. En medio de una espléndida mañana primaveral, las circunstancias les llevaron a cambiar el baño por el aprendizaje histórico y cultural.

En el capítulo de posibles damnificados por la clausura de la playa, nadie tiene más papeletas que el restaurante sa Caleta, el único local hostelero del lugar. «Estamos preocupados. Como para no estarlo...», reconocía una trabajadora del local, aunque a mediodía el teléfono no dejaba de sonar con llamadas de clientes que querían reservar una mesa.

Desde el restaurante también lamentaban «falta de información» por parte del Consistorio. «Es raro ver una playa cerrada. Parece ser que se cierra para hacer una mejora. Esperemos que el cambio sea a mejor», deseaban, mientras empezaban a llegar los primeros comensales de origen extranjero.

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