Mallorquines en el velatorio de Francisco: "Hemos ido dos veces en veinte años al Vaticano y en las dos nos ha sorprendido allí la muerte de un Papa"

El viaje a Roma de Álvaro Garriga y su madre en abril de 2005 coincidió con el fallecimiento de Juan Pablo II, ahora ha vuelto a la capital italiana para disfrutar de la Semana Santa con toda su familia y se ha topado con el óbito de Jorge Bergoglio

Álvaro Garriga, junto a su familia en el Vaticano el día de la muerte del papa Francisco.

Álvaro Garriga, junto a su familia en el Vaticano el día de la muerte del papa Francisco. / DM

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Palma

"Qué bonita coincidencia. La vida me ha puesto aquí dos veces". Álvaro Garriga viajó hace veinte años a Roma acompañado de su madre para disfrutar de unos días en la capital italiana, pero de repente se topó con un acontecimiento histórico, la muerte del papa Juan Pablo II. Ahora, veinte años después, ha vuelto a la ciudad eterna para disfrutar de la Semana Santa con toda su familia y su estancia ha coincidido de nuevo con un funeral papal, esta vez por el fallecimiento de Francisco.

Según relata, en su viaje de 2005 su madre y él intentaron despedirse del Pontífice en la basílica de San Pedro, pero les fue imposible. "Estuvimos trece horas haciendo cola, pero al final nos tuvimos que marchar sin verle, porque había miles de personas esperando", señala con pesar.

Garriga vive en Alaró con sus dos hijos y su mujer, con quien hace años puso en marcha el proyecto 'Con Alma Design'. Estas vacaciones decidió ir con todos ellos y también con sus padres -"la luz de muchos momentos en nuestro matrimonio" y "a los que tanto debo"- a disfrutar de la "inspiración y profundidad" que ofrece Roma, una ciudad que "es bullicio, pero con paz, donde la gente busca emociones, encuentros con Dios, comer la mejor pasta al dente o respirar libertad", describe en sus redes sociales. Pero no sabía que se toparía de nuevo con un funeral papal.

Mallorquines en el velatorio del Papa Francisco

Llevan en Roma desde el domingo, y el lunes, una hora después del anuncio de la muerte del papa Francisco, se encontraban en la basílica de San Pedro del Vaticano, que -explica- "abrieron de forma gratuita para que la gente la visitara y había muchísimas personas".

Hace veinte años no pudo despedirse de Juan Pablo II y ahora espera poder aprovechar mejor esta gran coincidencia, por ello este mismo miércoles vuelven a visitar la Santa Sede para dar su último adiós a Francisco. "Como es Sant Jordi, vamos a comprar una rosa y si nos dejan se la pondremos por su santo, porque era Jorge Bergoglio, y así le daremos toda la fuerza para el cielo", ha señalado Garriga a este diario.

Como es Sant Jordi, vamos a comprar una rosa y si nos dejan se la pondremos por su santo, porque era Jorge Bergoglio, y así le daremos toda la fuerza para el cielo

"La vida sigue"

Sobre el ambiente que se respira en la capital italiana tras el fallecimiento del Papa, este mallorquín de adopción manifiesta que claramente "hay dos Romas, la turística y la espiritual", y que en la primera "la gente se comporta como si no hubiera pasado nada". Y es que, como bien apunta el catalán, "la vida sigue", aunque confía en que en el Vaticano "se respire otro ambiente", ya que -como dice- "es la sede de la iglesia católica y la gente que va allí va a ir expresamente a despedirse de Francisco".

Cuando habla de la figura del Papa, el emprendedor tiene claro que "cada uno de ellos ha tenido algo especial". En este sentido, detalla que Juan Pablo II le "marcó mucho". "Entró muy joven, fue elegido con 58 años y siempre estuvo dispuesto a abrir la Iglesia a la juventud", opina. En cuanto al recientemente fallecido Francisco, destaca que "ha puesto en la tierra" a la institución y "ha dado cabida a todo el mundo". "Demostró que todo el mundo tiene derecho a que Dios le quiera. El migrante se ha sentido querido y las personas con otras orientaciones sexuales también", resalta.

Del próximo Pontífice, Garriga espera que "siga el camino que ha dejado Francisco" y "que lo haga bien". Además, pide que sea una persona joven, "que vendrá con mucha más energía que alguien de 70 años", por ello desearía que fuese Mykola Bychok, de 45 años, uno de los posibles candidatos a suceder a Bergoglio.

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