«La atención a la discapacidad por salud mental ha ido más lenta que la de causas físicas»

La atención a la discapacidad derivada de problemas de salud mental graves ha evolucionado con más lentitud que la atención a discapacidades de tipo físico. Aunque en los últimos años se han producido avances importantes, desde la dirección general de Atención a la Dependencia, admiten que el desarrollo de recursos específicos para personas con trastornos mentales ha despegado más tarde.

«El catálogo de servicios ya estaba muy ampliado para personas con discapacidad física, pero es cierto que salud mental ha se ha desplegado de una forma más lenta», explica Maria Castro, responsable de Discapacidad en la conselleria de Asuntos Sociales. Sin embargo, señala que en la actualidad ya se están activando dispositivos específicos que cubren diferentes niveles de necesidad, «en función de cada persona, porque cada caso es un mundo».

Entre los recursos ya disponibles, ennumera, se encuentran los servicios de atención diurna, como el centro de rehabilitación comunitaria (anteriormente conocido como servicio ocupacional), así como el servicio de apoyo destinado a personas que viven solas o con familiares mayores y necesitan ayuda técnica para mantener una vida autónoma en su propio domicilio.

Puesta en marcha de pisos compartidos

Además, prosigue Castro, existen viviendas supervisadas y, en breve, anuncia, se pondrá en marcha un nuevo modelo de domicilio compartido, en el que varias personas con diferentes problemas de salud mental convivirán con el acompañamiento de profesionales: “Será una convivencia normalizada, como la de cualquier persona que comparte piso, pero con apoyo técnico”, explica la portavoz.

Este despliegue responde a una necesidad largamente demandada por familias que, además de lidiar con la carga de los cuidados, enfrentan el estigma social que todavía pesa sobre la salud mental. “Es un tema que sigue muy estigmatizado, incluso a nivel laboral. Muchas veces se prefiere contratar a una persona con síndrome de Down que a alguien con un problema de salud mental”, lamenta la directora general, que antes de aterrizar en este puesto, el pasado septiembre, ejercía de directora técnica en la entidad Es Garrover. 

Pese a todo, Castro considera que la pandemia tuvo un efecto positivo en este sentido: “El COVID visibilizó que la salud mental nos puede afectar a todos, en cualquier momento. Antes se veía como algo de unos pocos y hoy por hoy, empieza a entenderse que forma parte de la salud integral de cualquier persona y que es algo que puede afectar a cualquier persona”. 

Con la puesta en marcha de estos nuevos servicios, el Govern, indica la directora general, espera ampliar significativamente los dispositivos de apoyo y atender de forma más adecuada una realidad que, hasta hace poco, estaba cubierta de forma muy limitada.