Las explotaciones urbanas de gallinas de autoconsumo de Baleares, fuera del radar oficial

Aunque en Mallorca hay registradas unas 3.000 explotaciones, veterinarios de Palma señalan que no les consta que sus clientes inscriban a sus animales

Elizabet Fernández posa con una de sus últimas pacientes.

Elizabet Fernández posa con una de sus últimas pacientes. / Exotely

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Palma

¿El aumento constante del precio de los huevos podría estar incrementando el número de personas que optan por tener gallinas en casa para autoconsumo? Según la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, en Balears hay registradas aproximadamente unas 4.300 explotaciones de gallinas para consumo propio, con 95.000 aves de corral; y en Mallorca, en concreto, el registro es de 3.000 explotaciones, con más de 74.000 aves.

Aunque la cría para el autoconsumo está regulada en el Real Decreto 637/2021, de 27 de julio, desde el Govern señalan que este registro se realiza en las islas desde el año 2014 y aseguran que «no se ha detectado ningún incremento en las inscripciones en los últimos años». Por otro lado, subrayan que con estas inscripciones «no hay voluntad de inspección» y que el objetivo principal de la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural es obtener un «registro aproximado por cuestiones de sanidad, bienestar animal y también medioambiental».

Así lo constata Jordi Masip, delegado del Colegio Oficial de Veterinarios de Balears (COVIB) en Eivissa y Formentera y veterinario oficial del Consell Insular d’Eivissa, quien confirma que el objetivo principal de la inscripción de las explotaciones de gallinas de autoconsumo es evitar fugas de enfermedad. «Esperemos que no, pero si hubiera algún brote o alguna enfermedad de control, si no tenemos ubicadas todas las explotaciones donde están las aves de corral, puede escapar la enfermedad», matiza. Por ello destaca que un punto importante de la normativa hace referencia a la obligatoriedad de que estas explotaciones dispongan de medios para confinar a las aves, sobre todo en situaciones de alto riesgo sanitario decretadas por las autoridades competentes.

Veterinario de referencia

El Real Decreto mencionado anteriormente, establece como puntos clave que cualquier persona que posea gallinas (y otras aves como patos, pavos, gansos, codornices, faisanes, perdices o palomas) debe registrarlas, aunque sea para consumo propio de huevos o carne y no se comercialicen. La explotación de autoconsumo debe inscribirse en el Registro General de Explotaciones Ganaderas (REGA), en el que se debe indicar que es para consumo propio y el número de aves. Generalmente, se considera autoconsumo cuando no se superan las 30 gallinas ponedoras o entre 50 y 70 pollos de engorde (o el equivalente en Unidades de Ganado Mayor - UGM). No registrar las gallinas puede considerarse una infracción leve y acarrear multas que pueden oscilar entre los 600 y los 3.000 euros, según la Ley de Sanidad Animal.

No registrar las gallinas puede considerarse una infracción leve y acarrear multas que pueden oscilar entre los 600 y los 3.000 euros

El trámite puede realizarse de forma telemática a través de la sede electrónica de la comunidad autónoma, y también puede ser presencial en la oficina de la Delegación Comarcal del FOGAIBA que corresponda. 

Cabe destacar, además, que se debe designar un veterinario de referencia para la explotación. «No hace falta que tengan ningún contrato con la persona veterinaria, porque va a ser un contacto puntual, pero sí que deben identificar a un profesional por si se da alguna incidencia sanitaria», especifica Masip.

Para el veterinario oficial de Eivissa el talón de Aquiles se encontraría en las explotaciones de autoconsumo ubicadas en zonas urbanas, ya que normalmente «no pueden ser autorizadas porque las ordenanzas municipales de casi todos los municipios indican que no puede haber animales de granja». Es decir, que si alguien tiene un patio en su casa con cuatro gallinas, no podría inscribirse en el registro.

Desde Agricultura señalan que no se ha detectado un aumento de inscripciones en los últimos años

Elizabet Fernández, directora veterinaria de Exotely, centro ubicado en Palma, asegura, por su parte, que tiene muchos clientes con gallinas y que, ni tiene constancia de que las registren, ni de que designen a ningún veterinario de referencia. «Conozco a mucha gente con estas aves y a día de hoy nadie me ha pedido que sea su veterinaria de referencia», enfatiza.

Bienestar animal

La experta en animales exóticos también pone el foco en las explotaciones urbanas, ya que como bien explica, «obtener el permiso si vives en una casa es más complicado, porque en estos casos lo general es tener una o como mucho dos gallinas como mascota, y lo que establece la ley en este caso es que los animales de producción no pueden ser calificados así y es ilegal tenerlas como tal».

Para la veterinaria de Exotely, el bienestar animal es lo más importante, por ello insiste en la importancia de, aunque no sean necesarios ni un control ni vacunas periódicas -como explica Masip- además de tener a las gallinas «en un espacio mínimo requerido, una iluminación adecuada y con nidos y áreas para rascar», es recomendable llevarlas al veterinario «para una desparasitación interna y externa» y vacunarlas contra el poxvirus, también conocido como viruela aviar, una enfermedad altamente contagiosa que afecta a las aves.

La directora de Exotely destaca, finalmente, que todas estas medidas «no solo protegen la salud de las aves, sino que también salvaguardan la salud pública». Por ello, concluye poniendo énfasis en que los veterinarios «somos sanitarios que no solo cuidamos la salud del animal, sino que cuidamos también la salud de las personas».

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