El Govern aumenta de 200 a 500 las plazas turísticas para hoteles en edificios BIC o catalogados en Mallorca

El PP modifica su criterio plasmado en el borrador del nuevo decreto ley de medidas de contención e incrementa un 150 % su propuesta inicial tras el pacto con Vox para aprobar la norma

En la imagen Can Oleza, en Palma, el palacio propiedad del empresario Víctor Madera que se va a convertir en hotel.

En la imagen Can Oleza, en Palma, el palacio propiedad del empresario Víctor Madera que se va a convertir en hotel. / Guillem Bosch

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

Palma

El Govern finalmente ha decidido aumentar de 200 a 500 la reserva de plazas turísticas para establecimientos turísticos en Mallorca en edificios que sean bienes de interés cultural (BIC) o catalogados y estén situados en zona clasificada como urbana o rústico común. Así, el PP ha modificado el criterio plasmado en principio en el borrador definitivo del nuevo decreto ley de medidas de contención e incrementa un 150 % su propuesta inicial tras el pacto con Vox para aprobar la norma. Con esta manga ancha—que también se extiende a Ibiza— se multiplicarán los alojamientos que se podrán abrir en palacetes y casales en la isla, dado que suelen contar con pocas plazas cada uno.

Esta modificación ha quedado patente con la publicación el martes 15 de abril en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB) del decreto ley 4/2025, aprobado en el Consell de Govern del pasado día 11. Finalmente, lleva el nombre de decreto ley "contra la oferta ilegal de medidas transitorias para la oferta y por la calidad turística de las Islas Baleares". Los populares han renunciado, en su acuerdo con la ultraderecha, a que saliera adelante tal y como habían bautizado el borrador: "de medidas para la contención, contra la oferta ilegal y para la calidad turística". Precisamente, la presidenta, Marga Prohens, y el resto de miembros del Govern venían utilizando esa nomenclatura —"medidas de contención"— desde que echaron a andar las mesas del Pacto por la Sostenibilidad.

Excepción a la moratoria de Armengol

En la disposición transitoria tercera del decreto ley ya en vigor es en la que se recoge el incremento de plazas turísticas. La norma aprobada en 2022 con el Ejecutivo Armengol, la conocida como ley Negueruela, estableció la moratoria dejando en suspenso la adquisición de plazas en las islas durante cuatro años para que los consells insulares establecieran el techo turístico de cada isla (plazo que se cumplía en 2026 y ahora ha sido eliminado con esta nueva normativa). La ley Negueruela establecía una serie de excepciones a la moratoria, entre ellas que no afecta a los establecimientos de alojamientos que "se implanten en edificios que sean bienes de interés cultural o catalogados y estén situados en zona clasificada como urbana o rústico común". La reserva de plazas se fijó en «un máximo de 200 plazas», pero se había consumido el plazo para permitirlas.

Se dispone un máximo de 500 plazas para la isla de Mallorca; 150 plazas para la isla de Ibiza, y 50 plazas para la isla de Formentera"

Por ello, en el borrador del decreto ley del Govern Prohens se recuperaba la excepción tal cual, como ha comprobado este diario: [...] se dispone, a partir de la entrada en vigor de este Decreto ley, un máximo de 200 plazas para la isla de Mallorca; 100 plazas para la isla de Ibiza, y 50 plazas para la isla de Formentera", siempre que los consells no acuerden en tres meses como máximo disminuir la cantidad mediante acuerdo del pleno. Pero en la redacción definitiva del decreto ya en vigor —sometido a la negociación con VOX para sacarlo adelante— ha quedado así: [...] se dispone, a partir de la entrada en vigor de este Decreto Ley, un máximo de 500 plazas para la isla de Mallorca; 150 plazas para la isla de Ibiza, y 50 plazas para la isla de Formentera".

En la calle de la Campana, en Palma, habrá un hotel, según se ha tratado esta semana en la Comisión de Centro Histórico.

En la calle de la Campana, en Palma, habrá un hotel, según se ha tratado esta semana en la Comisión de Centro Histórico. / Guillem Bosch

Así las cosas, con este aumento de 300 plazas más para alojamientos en edificios BIC o catalogados podrán salir adelante varios proyectos en ciernes como el de Can Oleza, en la calle Morei, en Palma, propiedad del empresario Víctor Madera. Hay que recordar que el médico asturiano también adquirió el casal contiguo al palacio de Can Oleza, Can Ayamans, y otro conocido como Can Riera, convirtiéndose en propietario de toda la manzana. Y también compró Can Pueyo, otra casa señorial de Ciutat protegida como BIC con categoría de monumento. Madera y su esposa, María Obdulia Fernández, están incorporando al hospedaje de lujo a través de su sello Vestige Collection algunas de las propiedades rehabilitadas que poseen en diversas zonas de España. Además, esta semana la Comisión de Centro Histórico ha tratado proyectos de reforma en un edificio de la calle Campana para transformarse en un hotel interior.

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