Maria Castro, directora general de Atención a la Dependencia: «Muchos trabajadores de cuidados se van, será difícil cubrir residencias y atención a domicilio»

Exdirectora de Es Garrover, asumió el cargo en septiembre. La demora media que admite (ocho meses) supera lo marcado por la ley, pero defiende que la batería de medidas adoptadas ya se nota y que listas de espera y plazos irán bajando los próximos dos años

Maria Castro, directora general de Atención a la Dependencia: 'En 2037 dos de cada diez personas de Baleares tendrá más de 65 años'

B. Ramon

¿Está Balears preparada para envejecer?

La proyección que tenemos es que ya en el año 2037, a muy corto plazo, dos de cada diez personas tendrán más de 65 años y, por tanto, será población diana para nuestra Dirección General de Atención a la Dependencia. Estamos apostando por las políticas de desinstitucionalización y también por distintas posibilidades para que las personas puedan elegir cómo quieren ejercer este derecho de promoción de la autonomía.

¿Cuánta gente hay ahora mismo esperando en el sistema de Dependencia?

Tenemos a 5.221 personas pendientes de valoración del grado o que ya han sido valoradas y esperan para firmar y conveniar el plan individual de atención (PIA).

¿Estamos mejor o peor que hace un año?

A 31 de diciembre de 2023 teníamos a 6.900 personas, con lo cual tenemos un dato favorable.

Al inicio de la legislatura las listas se dispararon, ¿por qué?

Sí, te refieres a la lista de espera una vez que ya tienes asignado el recurso en el PIA. Van bajando. El servicio de atención domiciliaria ahora tiene a 2.491 personas en lista de espera; teleasistencia, 463, que ha experimentado una gran reducción respecto a los datos de octubre del 2024; para centro de día esperan 1.300 personas y para residencia, 2.221.

¿Cómo es el perfil del solicitante?

Un 20% de las solicitudes al final no tiene grado. De las 35.730 personas que sí, un 43% es de grado uno; un 32% de grado dos y un 24% de grado tres. El 60% son mujeres y la franja donde tenemos más solicitudes es más de 80 años. Muchas personas tienen más de un recurso. Cuando nosotros asignamos PIA, damos directamente la prestación económica: mientras espera la plaza en residencia esa persona ya está recibiendo la prestación económica para curas en el hogar, siempre que cumpla las condiciones: una vivienda digna y una persona cuidadora, que ha de ser familiar pero no tiene por qué ser conviviente. Esto lo hemos flexibilizado.

¿Qué están haciendo para bajar ese tapón que se generó al inicio de la legislatura?

Bueno, por ejemplo con la teleasistencia, en agosto se aprobó la licitación y adjudicamos en diciembre. El incremento de terminales se ha visto a partir de enero. Nunca va a haber una lista de espera cero, pero ahora ya estamos en 400 y pico personas y veníamos el año pasado de 1.800.

¿Cómo se llegó a esa cifra cuando antes no había lista de espera?

La teleasistencia ahora nosotros la damos como garantizada, o sea, ya nos hemos adelantado a la nueva ley. Tenemos dos conciertos, con Cruz Roja y con Atencia, y se han incrementado los dispositivos. La teleasistencia para un grado uno la asignamos ya de manera universal. Para este año los terminales son 21.000, para el año que viene tendremos 23.000 terminales. Hecha la simulación de incremento de solicitudes que vamos teniendo, que es un 6% más, pensamos que esta prestación va a ser garantizada y vamos a acabar con la lista de espera en los próximos dos años.

Un cambio de normativa aumentó las horas de atención a domicilio. ¿Cuándo estiman que esa ampliación llegará a todos los usuarios?

Es difícil de estimar porque no es una foto fija. Las personas que ya estaban en el sistema están pidiendo revisiones para que se les asignen más horas y las que entran en el sistema ya lo hacen con la nueva horquilla, que es casi el doble. Ahora mismo, con las adjudicaciones que efectuamos el año pasado se está viendo un poco la contención y la reducción de la lista de espera. Ahora estamos redactando los convenios con los ayuntamientos, porque nosotros la modalidad de SAD la damos, por un lado, con convenios con ayuntamientos, que luego ellos licitan, y por otro, nosotros sacamos concertación con operadores económicos. Entonces, ya tenemos los convenios, de más de un millón, y pasarán próximamente por Consell de Govern. Tenemos estipulado un aumento de 2.600 horas mensuales. Además, en octubre vamos a efectuar una ampliación importante de horas.

Maria Castro, directora general de Atención a la Dependencia del Govern, en su despacho.  | B. RAMON

Maria Castro, directora general de Atención a la Dependencia del Govern, en su despacho. / B. RAMON

¿Cómo afecta la falta de personal en este sector?

Hay muchas dificultades para conseguir trabajadores cualificados que puedan ejercer de trabajadores familiares. Es decir, estamos llegando un poco al techo de la capacidad de crecimiento de los operadores económicos. Es un tema que afecta a todo el territorio, pero Balears está especialmente afectada debido al efecto insularidad y las dificultades de vivienda. Estamos perdiendo profesionales, ya no es que no vengan, es que se están perdiendo. Tenemos un equipo de trabajo para afrontar este tema. Va a ser difícil conseguir personal para las nuevas residencias y para el servicio de atención domiciliaria. Hay que hacer más atractivo el sector de curas, que a priori no lo es, y también facilitar nuevos certificados que combinen la parte formativa con el poder trabajar.

¿Hay que pagar mejor a las que cuidan, prevén mejoras salariales?

Nosotros actualmente estamos tramitando el incremento en el convenio autonómico de discapacidad. En el sector residencial y de atención domiciliaria, los operadores están negociando un nuevo convenio colectivo, que prevemos que este año se firme a nivel autonómico y así se descuelguen del estatal y tengan mejoras en las condiciones económicas. Quiero recordar que hace dos años también se negoció el primer convenio colectivo autonómico de residencias para mejorar el estatal. Estamos en la línea de apoyar estas mejoras, que implican un incremento del precio-plaza.

¿Cuál es el tiempo medio de espera del sistema de Dependencia?

Son 249 días desde que tú haces la solicitud telemática o presencial hasta que te asignan un recurso en el PIA [más de ocho meses, cuando el máximo que marca la ley son seis]. Desde que entra la solicitud hasta que te valoran el grado estamos en 124 días. La media estatal es de 221. Después, desde que tienes el grado hasta el PIA estamos en 125, es donde estamos más altos. En esto, la media estatal es de 96. Este año hemos reforzado los equipos de valoración de grado y técnicos de PIA con 12 personas, gracias a un proyecto de la Fundación Balear de Dependencia. Han empezado en enero. Este año vamos a notar la reducción de tiempos.

Luego hay que añadir la espera hasta que empiezas a beneficiarte del recurso asignado.

Sí, pero cuando ya tienes PIA, al mes siguiente ya recibes prestación económica y entras dentro del sistema. La pueden recibir personas que cumplan las condiciones de estar en una vivienda digna y tener un familiar cuidador, que no tiene por qué ser conviviente, esto lo hemos flexibilizado. Luego, en función del servicio que estés esperando, tardas más o menos.

Hay un retraso fantasma, que no se contabiliza pero que para el usuario es real, en el registro de las solicitudes. La consellera dijo en febrero que esto se estaba arreglando. ¿Ya está solucionado?

Estamos solventándolo. Hemos efectuado un cambio informático de todos los ordenadores de esta dirección general y hemos reforzado las horas de grabación y con horas extra.

Según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, cada día mueren dos personas en Balears esperando la ayuda de Dependencia. ¿Qué le hace sentir este dato?

Desde la administración se están haciendo todos los esfuerzos para que esto no suceda. Nosotros pedimos que se presente la solicitud cuanto antes, que no se espere, porque tardamos, y aunque no tenga grado, ya lo tenemos en el sistema. La ley prevé seis meses de espera entre que se registra la solicitud y se asigna el recurso, y en eso estamos por debajo de la media nacional. Pero, aun así, al final, son colectivos vulnerables, y mientras quede alguien en lista de espera, no es un éxito para nosotros.

Se señala a la tecnología como una aliada imprescindible ante el envejecimiento de la población. Hay comunidades que están experimentando incluso con robots... ¿Explorarán esta línea?

Bueno, nosotros hemos apostado por la teleasistencia avanzada, que no es solo apretar un botón para dar aviso de que te has caído. También puede alertar de una fuga de gas, por ejemplo, cosas así. También hemos iniciado una colaboración con el IB-Salut para que, si una persona sale de un ingreso, el teleoperador de teleasistencia tenga esa información para poder efectuar un seguimiento más elevado. Iríamos más por el tema de la interconexión con salud por el momento.

Ahora mismo solo hay plazas de residencia para los casos más graves, ¿qué plantean para el resto de usuarios que también lo necesitan?

Hay un plan de infraestructuras que estamos ejecutando y estamos también renovando los convenios de la Xarxa de plazas de dependencia residenciales y centros de día con todos los ayuntamientos. Con esta primera firma de los 37 convenios, incrementamos 54 plazas y mejoramos la financiación de estos convenios.

¿Dónde estarán esas 54 plazas nuevas?

Nosotros solemos recomendar que firmen que les es indiferente el lugar en el que esté la residencia y que luego pidan un traslado. En Mallorca ya ha empezado a funcionar la Miquel Mir de Inca. Luego hay dos en Menorca. Con Campos hemos incrementado plazas que tenían ellos municipales y las hemos pasado a dependencia. Los centros de día de Calvià y Porreres están finalizados y entrarán en funcionamiento este año. Luego sacamos una convocatoria de subvenciones a la que se han presentado dos residencias privadas de Palma que harán obras para reconvertir un total de 102 plazas que ahora no son para dependientes y que sumaremos a la Xarxa con un convenio, quizás a principios del año que viene. También vamos a firmar seis convenios con Campos, Son Servera, Sant Lluís en Menorca, Sant Llorenç, Capdepera y Mancomunitat del Pla para 123 plazas de centro de día que abran los fines de semana para dar respiro a las familias.

Me habla de proyectos de residencias que dejó el anterior Govern, ¿cuándo conoceremos su plan de infraestructuras?

Pronto, depende del Consorcio de Recursos Sociosanitarios y Asistenciales. Los dos primeros años nos centramos en lo que había previsto. La previsión de esta legislatura es finalizar un total de 753 plazas, incluyendo Sant Lluís y el Cuartel de Santiago en Menorca, la Miquel Mir y luego Son Dureta y Son Martorell, que son dos residencias con 120 plazas cada una. También la de Bunyola, Es Castell, Sant Llorenç, Es Migjorn Gran, Andratx y Llucmajor.

Se van incrementando los recursos y tomando medidas, pero las necesidades son cada vez mayores, ¿cómo sobrelleva esta situación?

Es una dirección general dura. Si sales en prensa, generalmente no es para bien. Con el volumen que tenemos y mientras haya personas en lista de espera, siempre va a haber una queja detrás. Pasa igual en Salud. Aunque hagas una apuesta con un presupuesto importante, no puedes llegar a todo. No nos paramos, seguimos poniendo cosas en marcha.

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