Nueve de cada diez menores de Baleares consume semanalmente 'comida basura'

El 87% consume semanalmente bollería, galletas o chucherías, y el 44% lo hace tres o más veces por semana 

El 55%, de los encuestados, la media más alta a nivel nacional, cree que deberían cambiar algunos de sus hábitos alimentarios

Imagen de archivo de alimentos ultraprocesados.

Imagen de archivo de alimentos ultraprocesados. / Yanira Martín

Un alarmante porcentaje de jóvenes de Baleares consume 'comida basura' varias veces a la semana, según un reciente estudio, un hecho preocupante, ya que esta tendencia abre la puerta a obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y otros trastornos de salud desde edades tempranas. Y es que, según revela una encuesta llevada a cabo por Fundación Eroski y publicada en la revista Consumer, el 92% de los menores de las islas consume semanalmente hamburguesas, perritos, pizzas y/o patatas fritas.

Los dulces también son frecuentes en la alimentación de casi todos los jóvenes encuestados, mientras que el 87% consume semanalmente bollería, galletas y/o chucherías y el 44% lo hace tres o más veces por semana. Lo mismo ocurre con las bebidas de consumo ocasional, que son más frecuentes en la dieta infantil de lo recomendado, ya que el 82% de los niños y niñas consume semanalmente refrescos o zumos, y el 13% toma bebidas energéticas.

La buena noticia que se desprende de la encuesta es que prácticamente la mitad de los niños y niñas de Baleares, concretamente el 55%, cree que deberían cambiar algunos de sus hábitos alimentarios, como comer más fruta y menos ultraprocesados, además de beber más agua. Esto es algo que el director de la Fundación Eroski y de la Escuela de Alimentación Eroski, Alejandro Martínez Berriochoa, considera un dato esperanzador: "Sobre todo indica que aún se está a tiempo para mejorar, ya que cuando son más mayores, en la adolescencia, comienza a ser más difícil cambiar los hábitos”.

Otro dato que llama la atención es que más de la mitad de las familias, el 58% de los hogares baleares, utiliza la comida como premio para sus hijos cuando se han portado bien. Esto es aún más preocupante cuando gran parte de dichos premios incluyen productos poco saludables, como chucherías, dulces o bollería.

Bebidas azucaradas en hogares de rentas bajas

Otro dato que revela este estudio es que el 95% de los niños y niñas dice consumir agua como bebida principal en sus comidas. Sin embargo, un porcentaje significativo también acompaña sus comidas con zumos (37%), refrescos con gas (23%) y refrescos sin gas (15%). A pesar de la preferencia por el agua, se extrae que la quinta parte de los encuestados la combina habitualmente con bebidas cuyo consumo recomendado es únicamente ocasional.

La alimentación saludable debe ser un esfuerzo colectivo. Necesitamos familias informadas, educadores comprometidos y políticas públicas que faciliten la adopción de hábitos saludables desde la infancia

Alejandro Martínez Berriochoa

— Director de la Fundación Eroski y de la Escuela de Alimentación Eroski

“La principal fuente de la ingesta de azúcar y calorías en los niños son las bebidas dulces. Sin olvidar que al final estos productos de consumo ocasional terminan siendo consumidos a diario”, añade Berriochoa. Además, este consumo está relacionado con las familias más desfavorecidas, al vincular estos hábitos alimentarios con el nivel de renta a nivel nacional, se observó que en aquellos hogares con rentas más bajas el porcentaje de niños y niñas que consumen refrescos con azúcar se multiplica por más de ocho (7,8% frente a 0,9%).

¿Adiós a la merienda?

Siempre se ha hablado de la importancia de tomar cinco comidas al día: desayuno, tentempié de media mañana (lo que se conoce en Baleares como berenar) , comida, merienda y cena (es decir, tres comidas principales y dos aportes extra). Y esto es algo que cumplen la gran mayoría de los encuestados, aunque el estudio pone de manifiesto que en algunas regiones las nuevas tendencias en alimentación, cada vez más extendidas, empiezan a cuestionarse la importancia del desayuno y la necesidad de realizar cinco comidas diarias. En concreto, en Baleares el 90% de los menores siguen tomando el desayuno, pero hay un 20% que no merienda habitualmente, la cifra más alta a nivel nacional. Este hábito puede incrementar el picoteo entre horas y el consumo de alimentos poco recomendables.

Tal y como destaca el director de la fundación, “la alimentación saludable debe ser un esfuerzo colectivo. Necesitamos familias informadas, educadores comprometidos y políticas públicas que faciliten la adopción de hábitos saludables desde la infancia”. 

La revista Consumer publica los resultados de la encuesta de Fundación Eroski que ha preguntado directamente a los pequeños de la casa por sus hábitos y preferencias por la comida, lo que ha dado como resultado un trabajo de investigación que refleja la autopercepción que los niños y niñas de 8 a 12 años tienen sobre sus hábitos y su participación en la alimentación de la familia. En concreto, se preguntó a 2.126 niñas y niños de nueve comunidades autónomas del norte de España, entre mayo y septiembre del 2024. 

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