Aceptar condiciones indignas y relaciones no deseadas para garantizarse un techo: el drama de muchas mujeres en Baleares
La red de entidades EAPN denuncia el círculo perverso de la violencia de género y la exclusión residencial: muchas se quedan sin casa por sufrir violencias y muchas empiezan a sufrir violencias al quedarse sin casa

Momento de la lectura del manifiesto de EAPN hoy en el Born / B. Ramon

La red de entidades EAPN ha denunciado esta mañana el círculo perverso de la violencia de género y la exclusión residencial que se vive en Baleares: muchas mujeres se quedan sin casa por sufrir violencias y muchas empiezan a sufrir violencias al quedarse sin casa. La Xarxa per la inlcusió Social ha alertado sobre el amplio grupo de mujeres que hoy por hoy viven en el escalón previo al sinhogarismo (la exclusión residencial) y cómo eso las expone a sufrir violencia de género y sexual.
Las dificultades de acceso a la vivienda que sufren muchísimas mujeres (con especial intensidad en el caso de las jóvenes, las migrantes y las madres solteras, han subrayado) provoca que tiendan a aceptar en mayor medida "condiciones indignas": al no tener otro sitio donde ir se mantienen relaciones de violencia; se crean nuevas relacionas "no deseadas" para garantizarse un techo; se les pide sexo a cambio de una vivienda... Todo ello, han lamentado desde EAPN, supone en definitiva que estas mujeres además de afrontar el drama que es no poder tener un hogar, quedan encima más expuestas a sufrir violencia de género y sexual.
En un manifiesto leído esta mañana en el Born, la Xarxa per la Inclusió Social, ha llamado la atención sobre este hecho, recordando que Baleares está especialmente afectada por estos dos problemas graves: de un lado, los elevados índices de violencia machista (con tasas más elevadas que en el resto del país); y de otro, el precio disparado la vivienda (de nuevo, con números de récord a nivel nacional). Estos dos hechos profundamente relacionados y bidireccionales (la violencia de género puede dejar a una mujer sin techo y a la vez que no tener casa abre la puerta a que la sufra) dejan a las mujeres (y a sus hijos e hijas) "en una situación de extrema vulnerabilidad". Este grupo de mujeres en exclusión residencial (sin cuantificar al faltar estudios sobre el tema, otra demanda) es muy amplio y recoge muchas realidades, como vivir "bajo de amenaza de violencia, en centros de acogida, en casas con hacinamiento...". Según EAPN "estas mujeres están invisibiizadas y al mmargende los servicios de atención".
Albergues y centros de acogida pensados para ellos e inseguros para ellas
Respecto a las mujeres que ya están en situación de sinhogarismo, la Xarxa ha indicado que los centros de acogida están configurados y se han habilitado pensando en los hombres y son "espacios inseguros" para ellas, con lo que en ese refugio que se les brinda quedan a su vez expuestas a sufrir violencias. Además, según el manifiesto leído hoy por Susana Cladera y redactado por profesionales que trabajan con estas mujeres en exclusión residencial, al entrelazarse estos dos problemas a veces se dan problemas también de consumo de drogas y problemas de salud mental. Desde EAPN reclaman que la atención a las mujeres que sufren violencia se dé de forma integral al margen de si consumen sustancias o no y que no se anteponga la adherencia a tratamientos a la protección de estas personas y que puedan acceder a servicios residenciales de protección.
En definitiva, estas entidades piden poner esta tema en el centro de la agenda política, crear recursos y programas especializados con capacidad suficiente y perspectiva de género, y desarrollar un modelo de atención con perspectiva de derechos humanos, formación especilizada en género, intereseccionalidad y cambios en la manera en que se trabaja con estas mujeres "para no dejar a ninguna atrás".
En la lectura del manifiesto, que ha tenido lugar en el Born y al que ha asistido la consellera de Asuntos Sociales, Catalina Cirer, además de representantes de las entidades, algunas usuarias y miembros y de varias formaciones políticas se han podido leer carteles como "Sacar a las mujeres de la calle, sacar el machismo del sistema"; "Yonkis de justicia" o "Sin casa, sin justicia, sin seguridad".
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