Matar y morir en la enfermedad
El crimen de Puigpunyent tiene varios precedentes: en los últimos 25 años, tres hombres han asesinado a sus mujeres con graves patologías antes de quitarse la vida en Palma, Calvià y Manacor

Los agentes de la Guardia Civil llegan al lugar de los hechos. / Manu Mielniezuk

El crimen cometido ayer por Benet M.O. al matar a tiros a su mujer gravemente enferma tiene al menos tres precedentes en Mallorca en los últimos 25 años. En todos los casos fueron ellos quienes acabaron con las vidas de sus parejas y luego se suicidaron.
El 15 de mayo de 2001, Sebastià Arbona, de 83 años, mató de dos tiros en la cabeza a su mujer, Antònia Gelabert, de 77, y luego se quitó la vida con la misma escopeta en su casa de Can Pastilla, en Palma. Él padecía un cáncer de pulmón que acababan de diagnosticarle y ella sufría un alzhéimer en un grado muy avanzado. No tenían hijos y la investigación de la Policía Nacional concluyó que el hombre decidió matar a su pareja y quitarse la vida ante la posibilidad de morir antes que ella y dejarla desvalida.
Cinco años después, el 27 de diciembre de 2006, los cadáveres de un matrimonio aparecieron carbonizados en el interior de su coche, envuelto en llamas, en una finca de su propiedad a unos cinco kilómetros de Manacor. La Guardia Civil averiguó que el hombre, Antonio Llodrà, de 62 años, había sido el autor del incendio en el que también falleció su mujer, Joana Llull, de 56. Los investigadores descubrieron que ella sufría un importante trastorno neurológico y él atravesaba una profunda depresión. En su vivienda apareció una nota en la que el hombre se despedía de sus familiares, a los que pedía perdón, y justificaba su actuación en los graves problemas de salud que ambos atravesaban.
El tercer precedente ocurrió en Calvià vila el 29 de enero de 2011. Aquella mañana, Bartolomé Verger, de 86 años, empuñó una pistola y mató de un tiro en la nuca a su mujer, María Jesús Rufas, de 74. Luego mató al perro que tenía y se pegó un tiro en la cabeza. También en esta ocasión el crimen tenía un trasfondo de drama familiar. La mujer padecía una demencia senil que la había convertido en una persona muy dependiente y él, aunque se mantenía lúcido, sufría ya un considerable declive físico.
En ninguno de estos casos pudo llegar a certificarse que se tratara de un doble suicidio pactado. El único caso reciente sobre el que no hay dudas ocurrió en febrero de 2013, también en Calvià. Una pareja -él de 68 años y ella de 67- fue hallada muerta en su domicilio de Cas Català. Ambos habían tomado una enorme cantidad de pastillas y dejaron una nota en la que explicaban que habían decidido quitarse la vida ante la posibilidad de perder su casa.
Una entidad bancaria había iniciado los trámites para deshauciarlos y estaba previsto que el lanzamiento se llevara a cabo seis días después, según reveló la investigación policial.
Suscríbete para seguir leyendo
- Ryanair deja a tres pasajeros frente a la puerta de embarque en el aeropuerto de Palma
- La borrasca Olivier descarga con fuerza en Mallorca y provoca inundaciones en Palma
- Una bailarina afectada por el ERE: 'Nunca sospeché que Son Amar iba tan mal porque siempre venía mucha gente
- Mallorca en alerta amarilla: madrugada de lluvia y granizo en la Serra de Tramuntana
- Las tensiones entre taxis y microbuses convierten el aeropuerto de Palma en un «polvorín»
- Un avión de EasyJet procedente de Basilea tiene problemas al aterrizar en Mallorca: 'Quiero agradecer su profesionalidad y eficacia
- Sancionado por dormir en las guardias en la cárcel de Palma
- Estos serán los nuevos FP en Baleares para el curso 2025/26