El viaje a la Antártida de un grupo de investigadores de la UIB podría facilitar que "nuestros cultivos sean más eficientes"

Científicos del Instituto de Investigaciones Agroambientales y Economía del Agua de la Universidad viajaron entre enero y febrero al continente más austral de la Tierra para conocer los secretos de las plantas adaptadas a los ambientes extremos

Una de las especies vegetales que investigan los científicos de la UIB.

Una de las especies vegetales que investigan los científicos de la UIB. / UIB

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Palma

Una agricultura más eficiente podría ser posible gracias a las expediciones y los trabajos de investigación que está realizando un grupo de científicos del Instituto de Investigaciones Agroambientales y de Economía del Agua (INAGEA) de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

El grupo de investigadores ha viajado recientemente a la Antártida para conocer los secretos de las plantas adaptadas a los ambientes extremos y asegura que su campaña les está permitiendo ver "que este tipo de plantas son tremendamente eficientes con los recursos, lo que les permite crecer y tolerarlo casi todo", ha manifestado este martes el doctor Xurxo Gago durante la presentación de los resultados obtenidos del viaje.

Este hecho es sumamente relevante, según ha profundizado Gago, ya que "entender cómo funcionan esos mecanismos nos permitiría reproducirlos en nuestra agricultura, para que de este modo nuestros cultivos sean más eficientes en el uso del agua, de los nutrientes y a la par que sean más tolerantes a una sequía o a una nevada inesperada".

El equipo del INAGEA, formado por el propio Gago, Javier Gulías, Manuel Ayuso y David Alonso, se desplazó en enero a la base antártica Carlini, ubicada en la isla Rey Jorge del archipiélago de Shetland del Sur en el marco del proyecto POPEYE (Physiological basis of Outlier model systems in the “Photosynthesis-multitolerance” tradE off: learning from high Yields in extreme Environments). Gulías ha explicado que durante su incursión realizaron diversos estudios relacionados con la capacidad fotosintética de diferentes especies vegetales en comparación con su tolerancia a fenómenos extremos de los factores principales que rigen la productividad de los ecosistemas terrestres, como son la temperatura, la disponibilidad de agua y la radiación solar.

"Estudiar cómo las plantas sobreviven a ambientes extremos es nuestro objetivo, ya que si lo entendemos podemos desarrollar cultivos resistentes para el ser humano", ha insistido Gulías. Según ha explicado, en el continente más austral de la Tierra las plantas estánsometidas a diferentes tipos de estrés, como puede ser "la falta de agua o las bajas temperaturas", motivo por el cual "solo pueden crecer pocas semanas al año", ha manifestado el también director del Departamento de Biología de la UIB.

Javier Gulías y Xurxo Gago este martes durante la presentación de resultados en la sede del INAGEA.

Javier Gulías y Xurxo Gago este martes durante la presentación de resultados en la sede del INAGEA. / Nair Cuéllar

Tres semanas para florecer

Precisamente es en la temporada en la que realizaron su viaje de tres semanas, que coincidió con las fechas más cálidas del verano antártico, cuando estas especies vegetales aprovechan para crecer, y así lo pudieron ver, han detallado al explicar cómo una especie de césped y de clavel muy pequeños florecían cuando ya iban a volver a Mallorca.

Como han relatado, los investigadores de la UIB pudieron aprovechar los momentos de buen tiempo (con una temperatura media de entre dos grados bajo cero y dos grados y con vientos de hasta setenta kilómetros por hora) para llevar a cabo la recogida de muestras, mientras que cuando las condiciones meteorológicas eran desfavorables realizaron trabajos de laboratorio. "Este verano antártico fue complicado por las bajas temperaturas, además hubo dos ventiscas y durante cinco días hubo diez centímetros de nieve y una sensación térmica de veinte grados bajo cero", ha contado Gago para poner en situación.

Está previsto que este proyecto, realizado conjuntamente con investigadores de las universidades de La Rioja y del País Vasco, finalice en septiembre de 2027. Durante estos más de dos años el equipo podría viajar a otros lugares con clima extremo o volver a la Antártida, "según los resultados valoraremos qué hacer", ha reconocido Gulías, que ha revelado que de esta campaña al frío continente han traído plantas "que tenemos en cámaras de crecimiento controladas".

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