Ocho de cada diez nuevos alumnos de la facultad de Medicina de la UIB ya son de Baleares

Tras nueve años desde sus inicios en la UIB se ha producido un golpe de timón, pues era difícil encontrar estudiantes insulares en las clases de primero, ahora la carrera se ha ‘balearizado’

Alumnos de Medicina en una de las aulas ubicadas en el hospital de Son Espases.

Alumnos de Medicina en una de las aulas ubicadas en el hospital de Son Espases. / Guillem Bosch

Mar Ferragut Rámiz

Mar Ferragut Rámiz

Palma

Los jóvenes isleños se están haciendo suya la facultad de Medicina de la Universitat. En sus inicios toparse con alguien de Baleares en las aulas era como «encontrar una aguja en un pajar», pero hoy sucede lo contrario: este curso el 80% de alumnos que han empezado son de las islas. 

Durante sus primeros años, Medicina de la UIB ha sido un poco ‘facultad-puente’, con alumnos peninsulares que aterrizaban aquí pero que luego a mitad de carrera, si tenían 90 créditos aprobados, solicitaban traslado de expediente y se iban. Ese puente iba en los dos sentidos y estudiantes insulares lo utilizaban para volver. 

«En 3º o 4º curso recuperamos a muchos y la vuelta no es fácil ya que deben encajar asignaturas de distintos cursos y hacer un verdadero puzzle académico», explica el decano, Antoni Bennàsar. «Vuelven de universidades como la Pompeu Fabra o la de Valencia y en muchos casos es por motivos económicos: estudiar fuera puede costar, como mínimo, 15.000 euros al año», recuerda.

Ahora sin embargo, tras nueve años en funcionamiento, este movimiento de estudiantes a mitad de carrera ya no será tan frecuente porque desde el primer curso los isleños ocupan la mayoría de sillas. ¿Por qué? Por un lado, se han superado miedo y recelos de cuando arrancó el proyecto y también esa tendencia de algunas familias a pensar que ‘lo de fuera’ es mejor. 

Laura Cortés, alumna mallorquina de 5º, confirma que algo de eso había al principio: «Ahora hay más mallorquines que quieren quedarse porque ya se han superado los miedos iniciales sobre la calidad de la enseñanza», indica. La joven, que hasta hace poco era la presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina, ha visto además que a la gente de fuera la insularidad y el coste de la vivienda le pesa cada vez más, por más que la facultad tenga en general «buena consideración».

Lograr entrar a mitad de carrera supone un «puzzle académico» para los estudiantes

Otro factor importante en esta ‘balearización’ de Medicina es que desde la UIB se hizo este curso una apuesta arriesgada: el ‘overbooking’. 

El decano lo explica. Sacan hasta siete listas de admisión y se van otorgando plazas y la gente en función de su nota va eligiendo destino. Llegaban a tener más de 2.000 personas en lista de espera. Este curso decidieron abrir la manga y en la primera tongada admitir a más gente. La jugada ha sido ganadora ya que muchos isleños que querían quedarse (también los que hay que quieren, y pueden, vivir la experiencia de estudiar fuera) han conseguido plaza de primeras.  

Desde Medicina celebran que tener una mayor presencia balear desde el principio se puede traducir después en un incremento de médicos graduados de y en Baleares (hoy la mitad de los titulados son locales). Eso no quiere decir que estos facultativos se queden en el sistema sanitario balear sí o sí, ya que todo depende después del MIR, pero desde decanato creen que puede favorecerlo.

Hoy por hoy hay algunos datos alentadores. De la primera promoción, 20 graduados se quedaron en las islas para hacer la residencia, la mitad de ellos en Medicina Familiar (especialidad a la que dan mucha importancia, con una asignatura obligatoria). Según el Colegio de Médicos, el 36% de los nuevos residentes de la última promoción son insulares y un 19,5% ha estudiado en la UIB, algo que Bennàsar cree que «habla muy bien» del nivel de una facultad que, recuerda, está entre las 15 primeras con más porcentaje de éxito en la prueba.

Con todo, el decano recuerda que el MIR no es la única opción. Conoce ya el caso de tres graduados que se han ido al extranjero a seguir formándose (y que seguramente por tema de salario y condiciones no volverán). Además, los estudiantes muestran interés por otras opciones que les están exponiendo a través de diferentes charlas, como sanidad exterior o la carrera militar.

El plan de Cortés sí es el MIR. Quiere ir a por todas y lograr plaza de ginecología en Mallorca: «Quiero quedarme en casa».

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