"No hay que patologizar las altas capacidades, no todas las personas son infelices"
ABSAC, la Asociación de Altas Capacidades de Mallorca, organiza una jornada para promover la visibilidad del colectivo
En Baleares hay unos 2.500 alumnos identificados con una inteligencia muy superior a la media, la cifra se queda corta

Participantes en los talleres, en el Casal de Barri Camp d’En Serralta, organizados por ABSAC. / Manu Mielniezuk

«No hay que patologizar las altas capacidades, no todas las personas son infelices», defiende Rosabel Rodríguez, psicóloga y doctora en Psicopedagogía. La profesora de la Universitat de les Illes Balears (UIB) quiso empezar este sábado con un chute de optimismo la charla Las altas capacidades y la mujer, que dictó en el Casal de Barri Camp d’En Serralta, en Palma. En su disertación también ahondó en que «uno de los grandes mitos de las altas capacidades es la ausencia femenina».
Su intervención formó parte de la jornada organizada por ABSAC, la Asociación de Altas Capacidades de Mallorca, con motivo del día especial de este colectivo que se celebró el viernes. También se llevaron a cabo talleres infantiles, la proyección del documental Sal Oberta, dones i vela llatina, del Institut Català de Antropologia, OPEI y Generalitat de Cataluña y un debate final.

Rosabel Rodríguez durante la charla ‘Las altas capacidades y la mujer’. / Manu Mielniezuk
«Poco a poco a ver si nos van escuchando», deseó Rosabel Rodríguez. Apenas se celebra el Día de las Altas Capacidades desde 2020, recordó. Este colectivo «se identifica poco y mal». En Baleares hay 2.500 alumnos con estas características, apenas es un 1 % del 7 % que tendría que haber identificados, alrededor de 13.000 estudiantes, remarcó la docente que participa en diversas iniciativas como el Programa de Atención a las Altas Capacidades Intelectuales (PACIS), que fundó, MENTORiment o el podcast Con talento y compañía.
Si bien Rodríguez considera «supernecesario» estar atentos a la salud mental de los niños y adultos de altas capacidades, considera que «no hay que patologizarlo. No conlleva una enfermedad. No todas las personas son infelices», insiste.
La psicóloga recordó el libro Los niños superdotados, de Joan Freeman, de 1988. «He vuelto a leer el capítulo sobre las mujeres para encontrarme que cuarenta años después siguen los mismos problemas. ¿Qué está pasando», se pregunta.
"Las redes sociales han hecho mucho daño"
Recurriendo a la metáfora del iceberg disertó sobre que «apenas somos capaces de ver una pequeña parte de las personas con altas capacidades» en una época en la que «las redes sociales han hecho mucho daño, se muestra una imagen muy distorsionada».
«Uno de los grandes mitos de las altas capacidades es la ausencia femenina», advierte. Basta echar una ojeada a los primeros capítulos de la serie The Big Bang Theory, que se llevaron «críticas feroces» con el único personaje femenino Penny como «una niña vestida de rosa con buenos pechos y tonta».
"Nadie sabe que Mozart tuvo una hermana más talentosa que él»
«¿Cómo van a querer nuestras adolescentes ser científicas, artistas, economistas o jefas de equipo si no tienen modelos?», lamenta la docente de la UIB. Para muestra exhibe una imagen de premios nobel masculinos iconos populares, como Albert Einstein en contraposición con otra de mujeres que no identificamos. «No sabemos que Madame Curie ganó no uno, sino dos premios nobel y su hija [Irene Joliot-Curie] otro. Y nadie sabe que Mozart tuvo una hermana más talentosa que él».
Chicas "trabajadoras"
La realidad en cuanto a la detección de alumnos de altas capacidades es que en primaria se acercan a la media por sexos (58 % en chicos y 48 % en chicas), pero en secundaria se retrasa (70 % alumnos, 30 % alumnas). «¿Dónde están las chicas? No hay una explicación sencilla». La doctora en Psicopedagogía por la UIB expone diversos factores intrínsecos, como esa frase que dice: «Los chicos son listas, las chicas, trabajadoras. A lo mejor es que son listas; eso duele». Lamentablemente, «las niñas desde los 6 años ya se creen menos brillantes que los niños».
Otro aspecto que destaca Rodríguez es que en el futuro el 90 % de los médicos serán mujeres «porque tienen las mejores notas. ¿Por qué no eligen matemáticas? Porque nos educan en los cuidados». Y señala que el síndrome del impostor «aparece en el ámbito de la psicología femenina».
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