Platja de Palma es el próximo objetivo de los controles de seguridad en la construcción

Un aspecto que se quiere vigilar son las presiones para acabar los trabajos antes del inicio de la temporada turística

Imagen de archivo de trabajadores en una obra

Imagen de archivo de trabajadores en una obra / G. Bosch

Fernando Guijarro

Fernando Guijarro

Palma

El elevado porcentaje de obras con deficiencias en materia de seguridad que los sindicatos están detectando en sus visitas a más de 120 de estos lugares en lo que se lleva de año hace que la próxima zona sobre la que van a poner la lupa sea la Platja de Palma, según adelanta el portavoz de UGT-Construcción, Roberto Serrano.

El motivo es la intensa actividad que las empresas de este sector están teniendo en esa zona («basta mirar la cantidad de grúas que se ven», señala), pero muy especialmente vigilar las presiones que se aplican sobre los trabajadores para que se agilicen su actividad con el fin de concluir antes de la apertura del hotel o en el caso residencial antes de que comience a aplicarse la normativa antirruidos.

Prisas y seguridad

Hay un punto que tanto Serrano como el secretario general de esa misma federación de CCOO, Miguel Pardo, destacan y es que esas prisas a la hora de realizar las obras son incompatibles con una seguridad adecuada en la construcción, y son además uno de los problemas más habituales con los que se encuentran a la hora de realizar las citadas visitas.

Imagen de una obra de construcción en la islas

Imagen de una obra de construcción en la islas / B. Ramón

Hay otro aspecto que agravará la situación de la construcción durante los próximos meses, y es la marcha de muchas de las personas que durante el invierno se dedican a esta actividad para irse a otros trabajos en hoteles y bares una vez se inicia la temporada por tratarse de empleos con mejores remuneraciones. Estas situaciones se viven especialmente entre los meses de abril y octubre.

Personal cualificado

Sobre este último punto, y aunque la actividad constructora desciende durante los meses de verano, según se recuerda desde su propia patronal, los sindicatos destacan que se agrava la escasez de personal cualificado, lo que supone tener que incorporar a las plantillas a personas con escasa experiencia.

En cualquier caso, Serrano pone en valor que el 90% de los alumnos que realizan el curso de 20 horas necesario para incorporarse como trabajador de la construcción tengan una edad comprendida entre los 17 y los 24 años, dado que se trata de jóvenes que buscan convertir esta actividad en su trabajo de futuro. Aunque se admite que su número es insuficiente para las necesidades del sector, se señala que ayuda a rejuvenecer unas plantillas que están envejecidas.

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