Opinión

Núria Riera, empleada de la semana

Núria Riera, el 25 de junio, cuando no acudió a su lugar de trabajo.

Núria Riera, el 25 de junio, cuando no acudió a su lugar de trabajo. / PP

Matías Vallés

Matías Vallés

En Son Rossinyol no dan crédito. La Dirección General de Función Pública del Govern se ha visto sorprendida esta semana por la súbita aparición en el edificio de Núria Riera. La también portavoz del PP en el Consell se dejaba ver, se esforzaba en saludar a propios y extraños, que no la conocían prácticamente dada su pasión por el teletrabajo.

Riera’130, en alusión a los miles de euros públicos que ingresa graciosamente, ha vivido prácticamente y por primera vez en Son Rossinyol, como si quisiera compensar de un tirón su clamoroso absentismo durante meses. Se ha desempeñado esta semana con el fervor de una debutante, el papel que le corresponde tras tantos meses desocupada. El Govern debe nombrarla «empleada de la semana», un ejemplo para el resto del plantel.

Nadie negará que Riera’130 se ha ganado desde el lunes una parte de su sueldo, salvo que la dedicación visceral a su trabajo en Función Pública puede ir ahora en detrimento de su portavocía en el Consell, también remunerada y en peligro de verse desasistida. Claro que hay dirigentes del PP que le aumentarían esta percepción, con tal de que no se presentara. Por suerte, siempre podrá contra con el apoyo de su compinche y sucesora en la conselleria. Antònia Maria Estarellas resume el tránsito de los políticos inanes a dañinos, y ayer volvió a demostrar que potenciar el absentismo con fondos públicos es su meta en el Govern. No se ha leído a Trump.

Nadie insinuaría siquiera que la súbita vocación laboral arrebatadora de Riera’130 está vinculada a la destapadura de sus incumplimientos laborales. El Govern se ha abstenido como de costumbre de tomar medidas. La investigación a cargo de «un funcionario» anónimo debe ser recibida con las carcajadas de ordenanza.

La inspección interna a Riera’130 será llevada a cabo con los mismos criterios, si no con las mismas personas, que absolvieron de antemano a Marcial Kid Rodríguez. En cuanto acaben de proclamar inocente de toda inocencia a la consellera insular del PP, el Govern puede investigar y conceder a continuación la Medalla de la Comunidad a Gabriel Mano de Piedra Le Senne.

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