Baleares ya tiene un servicio de logopedia para niños con fisura labiopalatina

La nueva unidad del Hospital General atenderá a una quincena de menores al año con un tratamiento especializado

Esta afección, una malformación congénita que se produce durante el desarrollo fetal, afecta al habla, la audición y la alimentación

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Los niños que nacen con fisura labiopalatina en Baleares contarán, por primera vez, con un servicio público de logopedia especializado en esta afección. La nueva Unidad de Intervención Logopédica del Hospital General, que ya ha comenzado a atender a los primeros pacientes, es una reivindicación histórica de la Asociación de Fisurados de Baleares (Afibal) y un paso adelante en la atención sanitaria de estos menores. Hasta ahora, recibían cirugía y seguimiento odontológico, pero carecían de un programa específico de terapia del habla en el sistema público de salud.

El servicio ha atendido desde finales del verano a una docena de niños y se espera que trate entre 12 y 15 casos más cada año. La consellera de Salud, Manuela García, ha destacado la importancia de su puesta en marcha: “Es una prestación que antes no existía y que es fundamental para acompañar a estos niños en su desarrollo. Algunos necesitarán logopedia durante años, incluso hasta la edad adulta, y contar con este servicio en el sistema público les va a cambiar la vida”.

Una malformación congénita

La fisura labiopalatina es una malformación congénita que se produce cuando los tejidos del labio y el paladar no se fusionan correctamente durante el desarrollo fetal. “Es un espectro de patologías que pueden afectar solo al labio, o también a la encía y el paladar”, explica María Ángeles Muñoz, cirujana pediátrica del Hospital Universitario de Son Espases y miembro del equipo multidisciplinar que trata esta afección. “Más allá de la parte estética, tiene repercusiones funcionales importantes, como problemas de habla, alimentación y audición”.

En función del grado de la fisura, los niños pueden requerir varias intervenciones quirúrgicas a lo largo de su infancia y un tratamiento logopédico prolongado. “Algunos, con una sola cirugía y un poco de rehabilitación, pueden adaptarse bien. Pero otros pueden necesitar apoyo hasta la edad adulta, porque la afección también puede tener consecuencias psicológicas”, añade Muñoz.

Hasta ahora, los niños con fisura labiopalatina recibían tratamiento quirúrgico en Son Espases y seguimiento odontológico en Atención Primaria, pero la logopedia quedaba en manos de servicios privados o asociaciones. La creación de la nueva unidad en el Hospital General cubre esa carencia y se integra dentro de un equipo multidisciplinar que también cuenta con pediatras, cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, odontólogos y psicólogos.

El proceso de tratamiento en la unidad comienza con una valoración inicial, tras la cual se propone un tratamiento de tres meses. Después de ese periodo, se hace una pausa de otros tres meses y se reevalúa al niño para decidir si es necesario continuar con la terapia. Tres logopedas del Hospital General han recibido formación específica en terapia del habla en la Asociación de Fisurados de Cataluña (FICAT), un centro de referencia en el tratamiento de estas patologías.

La consellera de Salud ha destacado la "ilusión" con la que el equipo de logopedia ha asumido este reto y ha asegurado que la unidad facilitará que todos los niños afectados reciban la atención necesaria. “Muchas familias tenían que buscar logopedas por su cuenta. A partir de ahora, los niños serán derivados directamente desde Son Espases y se les podrá seguir de manera continua dentro del sistema público de salud”, ha afirmado la responsable de Salud.

Por el momento, la unidad está atendiendo a unos diez niños y se espera que en los próximos meses aumente el número de pacientes, tanto con nuevos nacimientos como con niños que hasta ahora no habían tenido acceso a esta prestación. “Es un paso muy importante para garantizar que estos menores puedan desarrollarse con normalidad y mejorar su calidad de vida”, ha concluido la consellera.

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