La UIB impulsa un proyecto internacional para promover el uso ético de la inteligencia artificial

Los expertos advierten que los programas no siempre aportan respuestas reales y que en ocasiones pueden provocar episodios de discriminación

La UIB impulsa un proyecto internacional para promover el uso ético de la inteligencia artificial

La UIB impulsa un proyecto internacional para promover el uso ético de la inteligencia artificial / UIB

La Universitat de les Illes Balears (UIB) está coordinando un proyecto internacional para promover el uso ético de las herramientas de inteligencia artificial. Este proyecto, denominado Charlie, lo coordinan el Departamento de Investigación e Innovación Educativa y el Laboratorio de Aplicaciones de la Inteligencia Artificial de la UIB.

El objetivo de esta jornada científica es promover entre los estudiantes universitarios y los usuarios informáticos en general un enfoque ético sobre el uso de los programas de inteligencia artificial, ya que muchas veces la información automática que generan no es correcta. Por ello, en este curso universitario se pretende luchar contra los sesgos que arrojan los datos masivos utilizados por estas herramientas de inteligencia artificial.

Este proyecto, coordinado desde la UIB, tiene un carácter internacional. Por ello, en este programa de enseñanza también intervienen Helixconnect Europe de Rumanía, ISQ e-Learning de Portugal, Innovation Training Center de España, la Universidad de Aarhus de Dinamarca, la Universidad de Ciencias Aplicadas de Vaasa de Finlandia y la UNIB.

Este proyecto educativo ha contado con el apoyo económico del programa Erasmus de la UIB.

Desde la Universitat se ha señalado que la inteligencia artificial es una herramienta que cada vez está más presente en la vida de los ciudadanos, por ejemplo, en el reconocimiento facial o en la selección de la publicidad en las redes sociales.

Es una tecnología que se basa en aplicaciones matemáticas. Sin embargo, la información que se facilita no siempre es adecuada, ya que el programa se construye a partir de datos sesgados y, por tanto, incorrectos. Son errores que pueden tener consecuencias negativas y perpetuar prácticas discriminatorias, según han advertido los responsables de este curso, en el que se plantea un uso ético de estos adelantos tecnológicos. Los profesores de la UIB advierten que la inteligencia artificial no ha sido diseñada para tomar decisiones éticas, por lo que es necesario que los usuarios conozcan los límites y los riesgos que supone su utilización.

El catedrático de Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación, el doctor Rubén Comas, quien es el investigador principal del proyecto Charlie, ha explicado que, para evitar que la inteligencia artificial refuerce actitudes desiguales, es muy importante incidir en un enfoque que se centre en las personas. Es decir, hay que fomentar que el uso de la inteligencia artificial sea en favor de la humanidad y para el bien común.

En este sentido, Comas ha incidido en que, para conseguir este objetivo ético, la educación tiene un papel fundamental. Por ello, se deben desarrollar programas de formación de profesionales con capacidad para abordar los retos que representa la inteligencia artificial.

Desde la UIB se incide en que este proyecto Charlie pretende impulsar un uso más justo y equitativo de esta reciente tecnología. Así, el catedrático Rubén Comas ha hecho hincapié en que estos programas se basan en el análisis de millones de datos revisados por humanos, pero ello no significa que las respuestas que dan sean siempre fiables. Por ello, ha considerado necesario que se desarrollen estos proyectos para analizar estas herramientas informáticas desde el punto de vista ético, a la vez que se impulsan medidas para su regulación.

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