El testimonio de David, un joven de 16 años con cáncer en Mallorca: "El apoyo psicológico me ayuda a seguir adelante"

El adolescente ha compartido su experiencia en un emotivo acto en Son Espases por el Día Internacional del Cáncer Infantil

El papel del psicólogo en oncología pediátrica, clave para sobrellevar el impacto del diagnóstico

David Bennássar, paciente de cáncer con 16 años, y su psicóloga, Teresa Ferrer, esta mañana en el acto en Son Espases.

David Bennássar, paciente de cáncer con 16 años, y su psicóloga, Teresa Ferrer, esta mañana en el acto en Son Espases. / Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

Irene R. Aguado

"No hay que rendirse. Hay que seguir adelante, el 'no puedo' no existe en esta situación". Con esta firmeza habla el joven David Bennássar, un paciente con cáncer de 16 años. Le diagnosticaron la enfermedad con 15 años, un tumor que le ha afectado a la médula espinal y al cerebro. Desde entonces, ha aprendido a convivir con ello gracias al apoyo de su familia, sus amigos, y en especial, el acompañamiento psicológico que recibe. Lo ha explicado en un acto celebrado esta mañana en el hospital Son Espases para conmemorar el Día Internacional del Cáncer Infantil, una jornada en la que se ha puesto en valor la importancia del apoyo psicológico en el tratamiento del cáncer pediátrico.

De hecho, la Federación Española de Familias de Niños con Cáncer ha dedicado esta edición a una figura esencial, la del psicólogo especializado en oncología pediátrica. El acto se ha celebrado en la unidad de Pediatría de Son Espases y lo ha protagonizado David Bennássar con la lectura del manifiesto, en la que ha subrayado la importancia de cuidar la salud mental de los menores y adolescentes con cáncer: "Desde el momento del diagnóstico, nuestras vidas cambian rápidamente. Dejamos de ir al colegio, de ver a nuestros amigos, ingresamos en el hospital... Es fundamental tener apoyo emocional para afrontar todo esto", ha explicado.

"He tenido muchos días de bajón"

"Esto puede provocar muchos sentimientos negativos como miedo, angustia, tristeza o rabia", ha continuado el manifiesto: "Por eso es importante usar las palabras adecuadas para ayudarnos", ha comentado David. Su testimonio ha sido conmovedor: "He tenido muchos días de bajón desde que me diagnosticaron hace un año", ha confesado. Ha hablado del apoyo de su familia, los profesionales que le cuidan y de su amigo Álex, un pilar esencial para él. El cáncer ha afectado a su sistema óptico, visual y auditivo, pero continúa con las actividades que haría cualquier adolescente: "En la Fundación Mallorca Integra hago fútbol, natación y teatro. Todo eso me ayuda mucho", ha comentado.

Su psicóloga, Teresa Ferrer, de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Baleares (Aspanob), también ha participado en el acto: "Hacemos terapia grupal cada 15 días para que se conozcan entre ellos, compartan experiencias y se ayuden mutuamente". La adolescencia, ha señalado, es una etapa especialmente delicada para enfrentar la enfermedad: "Es un momento en el que han empezado a independizarse, a socializar más con sus amigos y, de repente, deben volver al entorno familiar y depender de él. Eso les cuesta mucho". Su labor como psicooncóloga, ha añadido, es una parte esencial del tratamiento de los jóvenes: "Nuestro trabajo es ayudar a los niños y adolescentes, pero también a sus familias, para que puedan estar al pie del cañón con ellos", ha resumido. Además de la terapia grupal, realizan sesiones individuales con cada menor, en función de su estado emocional y cómo afronte la enfermedad.

La madre de David, Maricarmen Ferrón, también ha compartido su experiencia como madre de un menor con cáncer: "La noticia del diagnóstico es lo peor que puedes escuchar, es una pesadilla. El apoyo psicológico lo hace más llevadero", ha recordado. Gracias a los psicólogos, ha explicado, a día de hoy pueden hablar del tema: "Podemos decir la palabra 'cáncer' y no se nos acaba el mundo, vamos adelante y disfrutamos del día a día".

Maricarmen Ferrón y su hijo David, paciente con cáncer a los 16 años.

Maricarmen Ferrón y su hijo David, paciente con cáncer a los 16 años. / Irene R. Aguado

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